CIUDAD DE MÉXICO, 8 de abril.- El escritor Fabrizio Mejía Madrid vivió el terremoto del 19 de septiembre de 1985, el más significativo y mortífero en la historia de la Ciudad de México, en la colonia Portales. El sismo abrió un boquete en su departamento, el 202 de la calle Odesa 31. Salió y vio que sobre la calle Víctor Hugo se había caído un edificio.
“Entonces, ayudo a un señor a mover una loza de concreto, porque se oyen gritos allá abajo, y con las puntas me corto la mano. Una voz a mi espalda me dice: ‘lo que necesitas son guantes’; volteo y es Carlos Monsiváis”, cuenta.
Así empieza la novela gráfica que el escritor confecciona actualmente con el caricaturista José Hernández, encargada por la editorial Sexto Piso, que busca, a través de evocar diversas historias con personajes reales, mostrar a las nuevas generaciones la verdadera dimensión que tuvo ese movimiento telúrico.
El cronista afirma que la idea nació apenas el pasado 20 de marzo, cuando el país fue sacudido por un temblor de 7.4 grados en la escala de Richter, el más fuerte desde el de 1985, que tuvo una magnitud de 8.1 grados y una duración de poco más de dos minutos. Aún se desconoce el número exacto de muertos, pero un cálculo moderado alcanza los diez mil.
“Estábamos Diego Rabasa (editor de Sexto Piso), Pepe y yo tomando un café en la mañana y empezó a temblar. Observamos que nosotros nos salimos corriendo, junto con la gente que tiene más de 40 años, y los chavos se quedaron adentro. Ellos no saben qué dimensión tuvo el sismo del 85 y por qué le tenemos tanto miedo; entonces, hay que volverles a explicar lo que pasó”, agrega.
El narrador nacido en 1968 dice que este desconocimiento tiene que ver con la pérdida de la memoria histórica. “Queda sobre nuestros hombros heredar a los jóvenes, que están ‘internetizados’ y ya no tienen olores ni tacto, la historia de lo que pasó, a qué olía y qué se sentía. El papel de la literatura tiene que ser ese”, añade.
Destaca que, además de Monsiváis, uno de sus protagonistas, debido a la importancia que tuvo al redimensionar el término “sociedad civil” a raíz del sismo, su historieta incluirá a personajes reales como Evangelina Corona, la Pulga y Cuauhtémoc Abarca.
“Para nosotros, el sismo del 85 significó el fin de la ciudad de nuestra infancia: el Centro Histórico, el Hotel Regis, Tlatelolco, el edificio de la SCOP, los edificios Juárez, todo eso que ya nunca volvimos a ver. En Tepito, el barrio histórico de mi familia, todo mundo estaba viviendo en la calle”, detalla.
Estos recuerdos nutrirán la primera novela gráfica del autor de Pequeños actos de desobediencia civil y Salida de emergencia, quien considera al género “otro asunto, es otra manera de trabajar, súper divertida, pero difícil”.
Rescatar la sociedad civil
Para el editor Diego Rabasa, esta novela gráfica, formato por el que Sexto Piso ha apostado este año con autores propios, es un pequeño homenaje al cronista y ensayista Carlos Monsiváis (1938-2010), quien “nos hizo ver la importancia de la movilización social que generó el terremoto del 85”, señala.
“Fue un momento importantísimo en la historia de la formación de la sociedad civil en este país y eso es lo que queremos retratar y rescatar. El tema de la sociedad civil es clave para rescatar lo que queda de México y me parece que es un buen momento para lanzar esta historia”, indica.
Especifica que este título, que se publicará hacia noviembre próximo, es uno de sus proyectos editoriales más importantes del año. “Lo empezamos hace unas tres semanas. El día que me reuní con Fabrizio y José para proponerles el proyecto, tembló mientras estábamos hablando de eso. Ya estaba decidido, pero eso fue como una señal divina de que teníamos que hacerlo”.
Rabasa destaca que apuestan por la novela gráfica porque “es un formato original, vistoso, donde texto e imágenes se complementan, y se presta para que lo lean distintos tipos de público”.
Este género, prosigue, “ya lleva mucho tiempo en otras partes del mundo participando en la escena literaria como algo que no sólo se circunscribe a los jóvenes o a los niños, y que no tiene un tratamiento literario menor.
“Se ha ido posicionando como una manera distinta de contar historias, que no pierde en profundidad. Va en sintonía con esta efervescencia y casi obsesión por lo visual que tenemos hoy en día”, añade.
Dice que en Sexto Piso empezaron traduciendo títulos del francés o el inglés y que apenas el año pasado se animaron a hacer su primera historia propia: La calavera de cristal, de Juan Villoro y BEF, y los resultados han sido “espléndidos”.
“Hemos seguido desarrollando historias propias, algunas en el espectro de la literatura infantil. Estamos por lanzar un libro de Yuri Herrera sobre el tema de la violencia, esa exposición involuntaria a muestras muy fuertes de violencia que viven los niños mexicanos”, agrega.
Y el editor adelanta que este año verán la luz una novela gráfica sobre Pancho Villa, realizada por Paco Ignacio Taibo II e ilustrada por Eco de la Garza, en septiembre; y otro proyecto de Diego Enrique Osorno. “Es una veta poco explorada en México y aún da mucha tela para cortar”, concluye.