Washington • Cuatro de cada 10 inmigrantes indocumentadas hispanas son víctimas de violencia doméstica en Estados Unidos a lo largo de su vida, según un estudio del Centro para el Control de Enfermedades (CDC).
Consideradas “el grupo más desprotegido de la sociedad estadunidense”, las mujeres indocumentadas violentadas están expuestas al aislamiento social, debido a factores como la barrera del lenguaje y la falta de recursos económicos.
Así como la amenaza de deportación debido a desinformación de sus derechos legales, según la organización Mujeres Latinas en Acción.
Las víctimas de violencia doméstica viven atrapadas entre la dependencia económica, la falta de documentos migratorios y la vulnerabilidad producto de abuso físico y psicológico generalmente de su pareja.
La Encuesta Nacional sobre Violencia Sexual y de Pareja 2010 del CDC, dada a conocer este mes, indica que el 37.1 por ciento de mujeres hispanas reportó haber sido víctima de violencia física, violación y/o acoso por parte de una pareja íntima en algún época de su vida.
Activistas consideran que hay un subregistro de las mujeres hispanas en las cifras oficiales.
El sondeo mostró que en menor proporción -34.6 por ciento- las mujeres blancas no hispanas reportaron haber sufrido alguna forma de violencia y cuatro de cada 10 afroestadunidenses y mujeres indias nativas de Estados Unidos dijeron asimismo haber sido víctimas en algún momento de su vida.
El estudio monitoreó cinco tipos de agresiones por parte de “una pareja íntima” que incluyen violencia física o sexual, acoso, agresión psicológica y control de la salud sexual o reproductiva y reemplaza al estudio nacional sobre violencia en contra de la mujer.
“Las víctimas de violencia doméstica son un grupo de verdad discriminado, a veces pienso que las mascotas en Estados Unidos tienen más derechos que las mujeres indocumentadas”, indicó Silverio Coy, abogado migratorio.
Coy ofrece un día a la semana sus servicios profesionales gratuitos a los hispanos en la capital estadunidense.
El abogado remarcó que son el grupo más débil de la sociedad estadunidense y citó a un magistrado de la corte quien se refirió a las inmigrantes como una “minoría insular desfavorecida y desprotegida que sufren además el castigo del ostracismo”.
Coy, miembro de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración en Estados Unidos, indicó que de 20 casos que atiende al día, cinco son por violencia doméstica.
“En los casos que veo, la mujer está desamparada porque no hay medios suficientes para que pueda superar su condición de víctima”, destacó.
Subrayó el dilema de las inmigrantes indocumentadas para denunciar al agresor debido a que en la mayoría dependen económicamente de éste y el abuso psicológico y emocional es tan pernicioso que –dijo- la mayoría de las mujeres se culpa por la violencia padecida.
La ley en Estados Unidos ofrece la legalización del estatus migratorio a las víctimas de determinadas acciones criminales -entre ellas la violencia doméstica- a través de la denominada visa tipo “U”.
El programa está contemplado para expedir 10 mil visas anualmente a las víctimas de crímenes como violación, asalto o explotación sexuales y/o violencia doméstica, entre otros.
Las víctimas califican para la visa si cumplen con otros cuatro requisitos, como sufrir “sustancial” abuso físico y mental resultado de uno de esos crímenes, tener información útil sobre el abuso, estar dispuesta a ayudar en la investigación de la fiscalía y que el abuso se hubiera cometido en Estados Unidos.
Sin embargo, a decir de Coy, el fiscal no otorga la certificación necesaria para el otorgamiento de la visa a una mujer violentada en aproximadamente el 80 por ciento de los casos en los que el procedimiento se inició.