Ambas heroínas, que lucharon durante la Independencia de México y la Revolución, ya forman parte de la serie literaria «Historias de la Historia»
Mujeres. Fue señalado que el papel del género femenino, en la Independencia y en la Revolución, no ha sido suficientemente estudiado ni aterrizado en un lenguaje claro y atractivo para los niños y jóvenes.
La vida de las heroínas Leona Vicario y Carmen Serdán, quienes lucharon durante la Independencia de México y la Revolución, respectivamente, ya forman parte de la serie «Historias de la Historia», y se presentaron en la XXXIII Feria Internacional del Libro, del Palacio de Minería (FILPM).
Con ilustraciones del dibujante Edgar Clement, estas serie de publicaciones incluye también «Pancho Villa y la «División del Norte rumbo a Torreón», así lo informó Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), mediante un comunicado.
Para la autora «Leona Vicario en Chilpancingo», la historiadora Raquel Huerta, señaló que «Historias de la Historia» responde a que el papel de las mujeres, en la Independencia y en la Revolución, no ha sido suficientemente estudiado y mucho menos aterrizado en un lenguaje claro y atractivo para el conocimiento de los niños y jóvenes lectores.
Detalló que Leona Vicario y su esposo Andrés Quintana Roo, aparecen en las páginas de esta historieta como buenos mozos, de 22 y 25 años, edad en que se entregaron a la causa insurgente. Ellos formaron parte de la juventud criolla hispanoamericana, llena de ideales libertarios, que hizo de las tertulias el nido de la conspiración contra la Corona Española.
«Leona Vicario no se entregó a la causa insurgente por amor a su esposo, como se ha dicho, ella era una mujer con convicciones propias. Venía de una familia pudiente, y como era huérfana y no tenía hermanos, decidía qué hacer con su fortuna», expresó la especialista.
Señaló que su predecesora, María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio, mejor conocida como «La Güera Rodríguez», al igual que Leona Vicario apoyó con su dinero y sus contactos al movimiento independentista, de manera que contrató a armeros vascos para el suministro de armas, además de mantener comunicación con José María Morelos y Pavón, e Ignacio López Rayón.
Explico que recluida en el Colegio de Belén de la Ciudad de México por sus actividades políticas, fue rescatada bajo órdenes de Morelos por tres militares condecorados; tiempo después salió rumbo a Oaxaca, disfrazada de negra y con una imprenta para difundir los panfletos de la insurgencia.
Posteriormente, una vez en Chilpancingo, se convirtió en la primera mujer en subir al congreso, además de haber sido nombrada benemérita tres veces.
Por su parte, los historiadores Alfredo Hernández Murillo y Pedro Chávez Velásquez, autores de «Carmen Serdán y las revolucionarias de Puebla», destacaron que la casa de los Serdán fue cateada un par de días antes del estallido de la Revolución, el 18 de noviembre de 1910.
Apuntaron que de las 20 personas que se encontraban en ese momento en la casa, sólo sobrevivieron tres mujeres: Carmen, la madre de los Serdán y Filomena, la esposa de Aquiles, éste último asesinado tras permanecer escondido varias horas, aunque todos los hombres que estaban dentro del lugar habían sido también acribillados.
Alfredo Hernández explicó que este acto de heroísmo no fue gratuito, pues la familia tenía antecedentes de beligerancia, el abuelo Cástulo Alatriste fue defensor de la República y gobernador de Puebla, mientras que el padre Manuel Serdán, elaboró un proyecto de ley que intituló la «Ley del Pueblo» , y tiempo después fue desaparecido.
Mencionó que en su juventud, los hermanos Serdán se anexarían a clubes antireeleccionistas, en contra de la dictadura de Porfirio Díaz. Después del asedio a la casa de los Serdán, Carmen y las otras mujeres supervivientes fueron trasladadas a la cárcel de la Merced.
Carmen Serdán llevó el resto de sus días con discreción, haciéndose cargo del Museo de la Escuela Normal para Maestras y al cuidado de sus sobrinos, aunque también solía acudir a ceremonias cívicas en su honor y de su familia, hasta su muerte en 1948.
«Leona Vicario en Chilpancingo», y «Carmen Serdán y las revolucionarias de Puebla», son los números cuatro y cinco de la serie «Historias de la Historia» creada por el INAH.