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La justicia española vivió ayer un día histórico con la comparecencia de la infanta Cristina, hermana del rey Felipe VI, imputada por el caso Noos, una importante trama de corrupción. Es la primera vez que un miembro de la familia real española se sienta en el banquillo de los acusados.
Cristina de Borbón aseguró que no sabía nada de los movimientos de Aizoon, la empresa que crearon a medias ella y su marido, Iñaki de Urdangarin, y que supuestamente servía para desviar fondos públicos desde el Instituto Noos, donde Urdangarin habría logrado inversiones millonarias ilegalmente.
NO SABÍA NADA. A preguntas solo de su abogado, la infanta aseguró que fue la “confianza” en su marido lo que la llevo a participar en Aizoon, y a no preguntar nunca nada sobre el funcionamiento de la empresa, ni usar la tarjeta de crédito asignada, ni ver los extractos bancarios. “No participé en la gestión ni en la administración de Aizoon ni realicé ningún trabajo”, declaró la hermana del rey,
Cristina de Borbón mantuvo que confía “plenamente” en la inocencia de su marido y desmintió que participara en Aizoon para formar un escudo contra la Hacienda española. También negó que ella y su esposo tuvieran empresas en paraísos fiscales en la época.
Iñaki Urdangarin también declaró ayer ante el tribunal, y aseguró que su esposa no participó nunca en las actividades del Instituto Noos ni en Aizoon, a pesar de poseer el 50% de la segunda. Urdangarin responsabilizó a su contable de decidir sobre facturación y contratación en Aizoon, y le culpó él y a su secretaria de cargar gastos familiares a la empresa.
El cuñado del rey mantuvo que toda la actividad de Nóos fue siempre “transparente” y que todo lo que hacían estaba supervisado por la Casa Real española. Sin embargo, el tribunal imputa a ambos, y a 16 personas más, el desvío de 6.1 millones de euros de fondos públicos entre 2003 y 2006.