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El papa Francisco llega hoy a nuestro país convertido en el tercer pontífice que visita México y el primero a quien se le ofrecerá una ceremonia de bienvenida oficial en el Palacio Nacional por el jefe de Estado.
Esta visita cobra especial relevancia si se toma en cuenta que los antecesores inmediatos del argentino Jorge Mario Bergoglio, Benedicto XVI y Juan Pablo II, también eligieron México para realizar sus viajes.
Francisco viene en el Año de la Misericordia —declarado así por El Vaticano— cuando este país ya no es el mismo en lo religioso, social, político y económico que hace 37 años, cuando ocurrió la primera llegada del Papa Juan Pablo II, en enero de 1979.
En casi cuatro décadas, nuestro país ha cambiado de manera radical en diferentes aspectos: una mayor democracia, que incluso llevó a la alternancia en la Presidencia; un mayor respeto a los derechos individuales, la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo, y en la Ciudad de México la legalización de la portación de mariguana para consumo personal, así como la interrupción legal del embarazo.
Los grandes cambios registrados abarcan el tema de la fe, pues en los últimos años se ha registrado una importante disminución en el número de católicos.
Datos del INEGI señalan que en 1979, cuando vino Juan Pablo II, el porcentaje de católicos era de 96.2, y para el 2002, cuando ocurrió su última visita, este guarismo había disminuido a 88 por ciento.
Ante esta considerable merma, Francisco se encontrará con un México aún con menos católicos, si bien el catolicismo sigue siendo la fe de la mayoría, aunque en un escenario de acelerado crecimiento de otros credos.
El INEGI señala que en 2010 —año del más reciente censo de población— el total nacional era de 112 millones 336,538 habitantes. De estos, 82.7 por ciento — 92.9 millones personas- eran católicos, cifra que significa una reducción de 13.5 puntos porcentuales, comparada con el 96.2 por ciento de católicos de 1979.
El segundo lugar con mayor número de fieles en México lo ocupan las religiones protestantes. Término que en nuestro medio engloba, de manera genérica, a las iglesias evangélicas históricas —bautistas, adventistas, presbiterianos, metodistas, entre otras—, así como las pentecostales —Iglesia Pentecostal de Dios, Santos de los Últimos Días o Mormones, Testigos de Jehová, Iglesia Universal del Reino de Dios (Pare de Sufrir), La Luz del Mundo, que dice tener millón y medio de seguidores en el país, entre otras.
En conjunto los protestantes suman ocho millones 386,207 y representan 7.46 por ciento de la población nacional.
Renglón aparte merecen las sectas y una multiplicidad de denominaciones eclesiásticas, de las cuales hay tantas como mesiánicos puedan existir. Incluidos los raelianos —medio centenar en Puebla—, convencidos de que los seres humanos fuimos creados por extraterrestres.
SIN RELIGIÓN. En tercer lugar, están quienes dijeron no profesar ninguna religión o no especificaron alguna. Suman 8.3 millones de personas, 7.40 por ciento de la población total.
Las iglesias de origen oriental, Judaica, Islámica, Raíces Étnicas, Espiritualista, entre otras, sumaron 172,891 personas, 0.15 por ciento de la población nacional.
CATOLICISMO AÚN MENOR. Jorge Navarrete Chimes, presidente del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC), entrevistado por Crónica, señaló que el instituto a su cargo realizó una encuesta nacional en 2013, sobre temas de cultura y práctica religiosa, y encontró que 79 por ciento de los consultados se dijeron católicos.
Esto —dijo— deja ver que con tres años de diferencia, entre el Censo del INEGI y la encuesta, hubo una disminución de más de tres puntos porcentuales.
Con mayor detalle, encontramos que de este 79 por ciento de católicos, sólo 17 por ciento practica su religión como debe ser. Y la verdad, “religión que no se practica, con el tiempo se pierde”.
CATÓLICOS DE LA “BBC”. Si los católicos no acuden a los sacramentos, si no se acostumbra leer la Biblia, si no se acercan a la parroquia, tarde o temprano perderán su religión, porque se acostumbran “a ser solamente un católico de la BBC: bodas, bautizos y comuniones, y esto es lo que lamentablemente ha estado pasando”.
EL SURESTE, CON MAYOR CAMBIO. La visita Francisco a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, representará un gran reto, debido al notable proceso de transformación en que se ha visto envuelta esa localidad, ante el gran número de habitantes que no profesan la fe católica, en su mayoría indígenas. Aunado al hecho de que el presidente municipal —surgido del PVEM—, Marco Cancino, es miembro de la iglesia evangélica “La Gran Roca”.
Cabe recordar que en el pasado, en aquella región chiapaneca, tuvo activa participación social, política y religiosa el obispo Samuel Ruíz, quien se caracterizó por su incansable lucha por los indígenas y sus derechos.
Navarrete Chimes señaló que los cambios de religión podrían tener explicación en el hecho de que las personas encuentran en las diferentes denominaciones solución a problemas concretos, en especial los económicos, pues configuran comunidades pequeñas cuyos integrantes suelen ayudarse, o reciben ayuda de la propia iglesia.
Decrece catolicismo en Edomex. De los estados que visitará el Sumo Pontífice ocupa el segundo lugar con mayor población no católica el Estado de México, con un millón 140,265 personas, 7.51 por ciento de su población total. Seguido de la Ciudad de México, con 639,133 personas, 6.78 por ciento de la población total.
En cuarto lugar se encuentra Chihuahua, con 324,449 personas no católicas, las cuales representan 9.51 por ciento de la población. Y en último lugar está Michoacán, con 193,770 personas, 4.45 por ciento de los michoacanos.
Para el nuncio apostólico Christophe Pierre, la disminución en el número de católicos en México es un asunto ante el cual “no podemos soñar con una realidad que no existe”. Y precisamente por ello, “hay que hacer un trabajo de evangelización y tomar en cuenta el contexto real en el cual vivimos”.
Recomendó sin embargo no caer en el catastrofismo. “Tampoco es cierto que ya no existan personas católicas en México; hay que ser realistas, evangelizar en el mundo actual”; salir a evangelizar como bien ha dicho el Papa.
Por separado, María Luisa Aspe Armella, profesora de tiempo completo de la Universidad Iberoamericana, resaltó que la Iglesia católica requiere que los pastores salgan de su zona de confort para conocer las necesidades de la gente. Que, como lo ha dicho Francisco, salgan a la calle, y que haya mayor y mejor formación del clero desde los seminarios. Porque en la actualidad no hay la suficiente preparación de los seminaristas, lo que de continuar colocará a la Iglesia católica en situación complicada.
IGLESIA SIN PROPUESTAS. Consultado por separado, el especialista en religión Elio Masferrer Kan dijo que el abandono de la fe católica se debe a que la Iglesia no ha cambiado su propuesta para los feligreses, quienes tienen legítimas aspiraciones de espiritualidad y por ello sencillamente se van a donde sí son tomados en cuenta. “Lo que estamos viendo es que la gente se harta y se va. Así de simple”.
Consideró que la visita Francisco “es para poner un poco de orden”, en su iglesia frente a la disminución en el número de creyentes.
Hizo notar que la diferencia con otras religiones es que éstas prácticamente ofrecen una relación directa y personal, y se puede ver que algunas congregaciones evangélicas, protestantes, pentecostales, son templos pequeños, en los cuales todos se conocen y procuran ayudarse entre sí. “La relación es como más humana. Además, se puede vigilar el comportamiento de los pastores, y lamentablemente, con los católicos, los curas se creen que son dioses”.
Lo que está pasando es que las personas están buscando algún grupo de apoyo, alguien a quien pueden recurrir; buscan una congregación en donde, además de esta ayuda de hermandad, se busque resolver los problemas de la gente, se fomente y estimule esa necesidad que los seres humanos tienen de espiritualidad.