Espacio Urbano Con Crecimiento Ordenado: Ramón Aguirre

  • Espacio urbano se deteriora y acaba destruyéndose cuando se permite que  congestionamiento vehicular obstaculice  acceso a peatones, cuando automóviles estacionados empobrecen calidad estética y es ocupado por vendedores ambulantes marcando territorio con mercancías y basura, así  impiden que peatones admiren y disfruten

Por Mauricio Lira Camacho

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Un espacio urbano se deteriora y acaba destruyéndose cuando se permite que el congestionamiento vehicular obstaculice el acceso a los peatones, cuando los automóviles estacionados empobrecen su calidad estética y cuando lo ocupan vendedores ambulantes que marcan su territorio con mercancías y basura, con lo que impiden que los peatones puedan admirarlo y disfrutarlo.

Así lo considera el ex regidor priista, Ramón Aguirre Joya, al abordar el tema de la movilidad urbana, tema polémico pero necesario, mismo que debe ser abordado por los distintos sectores de la sociedad.

Dijo que por principio de cuentas es necesario abordar el tema recordando que las plazas son de naturaleza públicas, en este caso El Malecón de Puerto Vallarta, por su configuración física, su ubicación, sus usos y costumbres e interrelación que tiene con la ciudad, es de considerarse como un espacio urbano Plaza.

Contrario a lo que a sucedido con las Plazas de Europa, que tiene un lugar central en la ciudad y la comunidad residente participa de modo activo en ellas, por lo general las Plazas en México son espacios marginales ignorados por la mayoría de sus habitantes, excepto por los vendedores ambulantes, quienes se han apropiado de ellas para garantizar su sustento cotidiano.

En Europa, las plazas son resultado de proyectos integrales de restauración de los viejos espacios urbanos, que han tomado décadas, lograr esta transformación, de modo que las ciudades han revitalizado sus centros y se ha logrado aumentar la densidad de la población para mantener vivos dichos espacios urbanos.

Dijo Ramón Aguirre Joya que en México, y en forma precisa en Jalisco y como consecuencia en nuestra ciudad de Puerto Vallarta, las obsoletas e inoperantes leyes inmobiliarias han desalentado la inversión en las zonas centrales, casco histórico, colonia Emiliano Zapata y 5 de Diciembre lo que ha generado su deterioro y ha propiciado que el desarrollo urbano se volcara a las periferias en una expansión incontrolada de baja y alta densidad que en muy pocas ocasiones ofrecen espacios urbanos o plazas a sus habitantes para su esparcimiento.

Agregó, “ahora bien, después de realizar una breve reseña de lo que es un espacio urbano de concurrencia, paso al tema medular que es el “Espacio Peatonal”, tema de moda por la propuesta de parte del Gobierno Municipal a los Gobernados de hacer peatonal parte del “Malecón”.

Debe de recordarse que un espacio urbano no es de ornato, sino que su principal función se orienta a proporcionar un lugar de encuentro o esparcimiento a la población urbana. Un espacio sin usuarios es un espacio muerto, sin importar si tiene gran calidad formal y en esas condiciones no tiene presencia como icono entre los pobladores urbanos, como tampoco tiene utilidad en la formación de su mapa mental de la ciudad.

Un espacio urbano se deteriora y acaba destruyéndose cuando se permite que el congestionamiento vehicular obstaculice el acceso a los peatones, cuando los automóviles estacionados empobrecen su calidad estética y cuando lo ocupan vendedores ambulantes que marcan su territorio con mercancías y basura, con lo que impiden que los peatones puedan admirarlo y disfrutarlo.

De este modo, el conflicto peatonal en los espacios urbanos no es tanto debido a la alta densidad demográfica sino mas bien a la inadecuada asignación de área peatonal dentro de ellos, lo cual podría solucionarse a través de eliminar el estacionamiento de automóviles en torno al Malecón, a la plaza y calles de mayor tránsito vehicular para ampliar banquetas y así facilitar la circulación peatonal, cruces peatonales y acceso a los principales espacios urbanos del centro.

Es evidente que no deben de suprimirse los estacionamientos dentro de un centro histórico, sino que deben de jerarquizarse los recorridos peatonales más importantes y ampliar y cambiar el pavimento de las banquetas para revitalizar el acceso a los espacios importantes del centro y de los edificios que la conforman.

No olvidar que en una zona de alta densidad la jerarquía la tiene el peatón y no el automóvil, razón por la cual los accesos vehiculares y estacionamientos pueden ubicarse alrededor del perímetro a peatonalizar sin que ello afecte la funcionalidad de la zona. Esto despejaría la afluencia y la concentración vehicular y por tanto la descongestionaría. Los peatones son los protagonistas de los espacios urbanos de alta densidad, pues de ellos depende la vitalidad y el éxito de los comercios y equipamiento, por lo tanto no debe de regatearse su importancia de lo contrario estaríamos atendiendo solo la demanda de acceso vehicular.

Está probado en el mundo que cuando un lugar que ofrece confort al tránsito peatonal tiene mayor afluencia de usuarios que cuando su acceso es conflictivo e inseguro para el peatón.

Dijo además Ramón Aguirre, que un aspecto importante de los peatones es su edad, ya que los más jóvenes tienden a ser descuidados y arrogantes respecto al tránsito vehicular, mientras que los ancianos disminuyen su capacidad sensorial, perceptual y cognoscitiva de los espacios, aunque en muchas ocasiones los accidentes de peatones se deben a la falta de banquetas adecuadas que los obliga a compartir la calle con los vehículos, situación en el caso propuesto por el Municipio que no quiere que acontezca.

El centro de la ciudad ha sido invadido por vehículos de todas las capacidades casi en su totalidad, sea porque transitan alrededor del centro y lo convierten en una isla de difícil acceso, o bien porque se estacionan en las calles de este perímetro, de tal manera que el peatón es relegado a un plano secundario.

El peatón necesita transitar libremente sin que los pasos peatonales que dan acceso al Malecón se vean invadidos por autos transitando o estacionados o por autobuses transitando, lo cual hace riesgoso e incomodo el cruce peatonal.

Los Vallartenses en primer lugar necesitan concurrir a este espacio urbano, para que se de este contacto que es de vital importancia para la formación y consolidación de una comunidad. También es recomendable que el medio ambiente recupere su presencia escénica dentro del Malecón para que una vez que los transeúntes penetren y estén dentro puedan complacer su visión al recorrer el entorno.

Es importante resaltar que cada espacio urbano tiene particulares condicionantes que es preciso analizar dentro de su diseño, por lo tanto mi sugerencia es que este nuevo espacio urbano que se va a integrar al existente debe de contener algunos factores de peso, como; libre de cualquier tránsito vehicular, libre de ruido, de malos olores y en menor grado las vibraciones, sobre todo las ocasionadas por el tráfico vehicular y la música que rebasa los estándares permitidos por la ley, y la edificación de varios baños estratégicos y decorosos.

Puede ser que sea difícil suprimir algunos de estos focos de contaminación que pueden llegar a ser muy incómodos para los usuarios, pero como el Malecón no puede aislarse de su entorno sino además debe ser trasparente en el medio urbano, entonces la única forma de combatirlos es compensar el malestar con agentes que procuren bienestar, por ejemplo los malos olores es posible compensarlos con las fragancias producidas por las flores; los ruidos se pueden compensar con el chorro armónico de una fuente o una cascada urbana o los ruidos de otra índole pueden matizarse en algo con materiales que amortigüen los movimientos, concluye el ex edil priista.

 

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