Escuelas Secundarias y Preparatorias Tierra Fértil para la Descomposición Social

  • Pero además, fuera de las aulas, hay ya muchos jóvenes en Bahía de Banderas que ni estudian, ni trabajan, como lo hizo notar en Sesión de Cabildo el regidor, profesor, Martín Estrada

Por Paty Aguilar

Padres de familia ausentes por cuestiones laborales o por impotencia para satisfacer a sus hijos ante tantos estímulos de consumismo y profesores rebasados en secundarias y preparatorias donde en la mayoría de los planteles no hay personal de apoyo especializado para tratar familias disfuncionales son el caldo de cultivo para deformar la personalidad de los jóvenes entre los doce y los 18 años de edad.

El problema se agudiza cada vez más, hay una despreocupación de parte de las autoridades para atender esta situación que ya se salió de sus manos. Los tres niveles de gobierno gastan millones y millones de pesos en combatir al narcotráfico, al crimen organizado y en las escuelas a los maestros de grupo los atiborran con más de 40 alumnos, cuando la norma educativa ordena no más de 30 alumnos, principalmente en la educación básica.

Esta sobrepoblación de alumnos por aula, los maestros la vienen sufriendo desde hace muchos años, por consiguiente, es imposible dar clases de calidad a tantos muchachos que llegan a clases con sus propios problemas de adolescentes. Sus hormonas y neuronas están en plena lucha por darles un físico adecuado y una visón del mundo real que los ayude a sobrevivir esta etapa de su vida, ahora tan difícil por los tiempos que les está tocando vivir.

A lo anterior se suma la falta de personal capacitado en estas escuelas que ayude a los jóvenes a encontrar su camino en este maremágnum de posibilidades, oportunidades y tentaciones peligrosas que los pueden llevar a una vida de violencia, de depresión, de indefensión, de muerte.

No hay contratación de este tipo de personal en los planteles educativos del gobierno, al menos no la hay en Bahía de Banderas y en las escasas escuelas donde si lo tienen, este personal no está debidamente capacitado y actualizado en las nuevas formas que ya se presentan para desviar del camino del bien a los jóvenes.

Una muestra de lo anterior es la secundaria Amado Nervo de Valle Dorado, donde sus habitantes son un conglomerado de diversas formas de vida, ya que son familias que provienen de varias parte del país, sin embargo, los profesores nayaritas no le hayan el hilo conductor por la simple y sencilla razón de falta de capacitación, es decir, de conocer la cultura, la forma de vida de estos jóvenes, diferenciarla y ajustarse. Además, los profesores y directores pretenden llevar a las aulas su propia cultura, su historia personal sin darse cuenta, porque no tienen la información necesaria, que las vidas de estos jóvenes no tienen que ver con ellos, sino con nuevas formas de ver la vida desde la propia mira de las familias de donde provienen estos jóvenes.

Validar las formas de vida de estos jóvenes y familias es el primer paso para lograr los cambios que el programa educativo requiere, porque ir contra ellas bloquea la interrelación entre maestros y jóvenes, entonces estos últimos se sienten atacados en lo que consideran es correcto porque así lo aprendieron de sus padres.

Se trata de todo un trabajo de exploración psicológica que pueda llevar a los profesores y directores a interactuar con sus alumnos de una manera que ayude a los jóvenes a que se interesen por nuevas alternativas de ver el mundo sin menoscabar lo que ellos ya traen en sus mentes como parte de las creencias familiares que muchas de las veces son erróneas, pero hay maneras profesionales de llevarlos a entender esta situación sin llegar a la humillación, a la descalificación, a la discriminación o a la ofensa por ser como son.

Cabe mencionar que mientras los padres de familia buscan alternativas de trabajo que les permitan comer como parte de la satisfacción de sus necesidades básicas que son tan demandantes, esto propicia la desatención a los valores y convivencia familiar que antaño se promovía en los hogares. Hoy los niños crecen al amparo de los medios de comunicación, como la poderosa TELEVISA, donde sus programas son de bajísimo nivel cultural, donde el lenguaje es violento, vulgar, pero además quedan a merced de otros niños y jóvenes que ya cayeron en las garras de la adicción, de la malvivencia, entre otros factores, a lo cual se suma la deficiencia educativa por falta de personal capacitado.

Es tiempo pues de que las autoridades correspondientes del nivel federal y estatal, así como los legisladores y senadores, se apliquen en otorgar recursos económicos más que suficientes en la contratación y capacitación de personal que ayude a estos jóvenes y a sus familias a salir avante de esta violencia de todo tipo que les tocó vivir.

Es menester traer a colación un estudio realizado por la Procuraduría General de Justicia del DF, donde da cuenta que al menos 68 grupos criminales contratan a adolescentes a quienes emplean en labores de vigilancia, portación de armas de fuego, traslado de drogas o cuidado de secuestrados. El informe detalla que 114 menores has sido detenidos por participar en bandas relacionadas con homicidios, lesiones, robos con violencia, secuestros y venta de robo y forman parte de los 2 mil 360 adolescentes que fueron detenidos por algún delito entre enero y septiembre de este año en curso.

Según especialistas en prevención del delito, estos menores son contratados porque la ley es permisiva y se les paga poco. Lo anterior, es consecuencia de las pocas oportunidades de desarrollo y educación para los adolescentes, lo que genera que sean fácilmente seducidos por los delincuentes.

En el caso de Nayarit, de Bahía de Banderas, el problema también ya lo tenemos encima, aunque no hay cifras oficiales, hay muchos menores de edad que han sido detenidos por diversos delitos, desde riña, robos a casa habitación, incluso han sido participes en casos de homicidios y narcotráfico. Asimismo, también hay jóvenes que ni estudian ni trabajan, como lo reportó el regidor, profesor Martín Estrada durante la Sesión de Cabildo que se celebró la semana pasada, donde aprovechó para proponer se diseñara un programa de estímulo económico para incorporar a estos jóvenes a las aulas, sin embargo, no hubo interés entre los demás regidores que solo se limitaron a escuchar, incluido el alcalde.

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