* Se requieren sistemas de producción intensivos y menos extensivos, es decir, menos tierra y más inversión en una sola hectárea de tierra que produzca más, “porque genera más valor agregado una hectárea de invernadero con chile morrón color naranja que hasta cien hectáreas de maíz” señala Oscar Valenzuela.
Por Paty Aguilar
Si se puede, es posible tener un mejor campo, es posible tener un campo productivo, un campo que genere buenos resultados, que le dé una opción de ingreso a las familias, si se puede, señaló el licenciado en Comercio Internacional, Oscar Valenzuela, presidente del Consejo de Administración de IGANAY, SPR de RL de CV, respecto al abandono en que actualmente se encuentra buena parte de las tierras laborables de Bahía de Banderas, así como la baja producción de algunos cultivos.
Oscar Valenzuela, quién tiene una maestría en Administración Pública (Gestión Pública Estatal y Municipal) egresado del Campus Guadalajara del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y graduado con honores, señaló que esta posibilidad de que el resurgimiento del campo se dé en este municipio, implica una serie de actividades, esfuerzos y programas que no solamente recae en el agricultor interesado en salir adelante, sino que recae en un esfuerzo conjunto tanto en este sector agrario como en el gobierno municipal que debe de estar enfocado y ocupado haciendo cosas para apoyar este sector.
Refirió que es posible hacerlo porque hay experiencias en otros casos y porque en lo que respecta a su empresa, se está logrando producir en parcelas de Bahía de Banderas el cultivo de la chía que de estar en una etapa de experimentación, está a punto de entrar en esta semana a la etapa de comercialización, de exportación de esta valiosa semilla.
El joven empresario, explicó que hay diversas estrategias, pero la más importante, la que viene siendo el corazón de las mismas para cambiar la actual situación del campo de Bahía de Bahía, consiste en la modificación del enfoque de la producción y para ello, dijo, se requiere que las personas deban llegar a pensar que su actividad agrícola, ganadera, pecuaria, pesca, de explotación forestal, puede pasar de una actividad de subsistencia, es decir, vender para el autoconsumo o que salga para el diario a cambiar esta actividad a un enfoque empresarial, es decir, recuperar los costos, recuperar la inversión y quedarse con un margen que comúnmente se llama ganancia “eso es lo primero que tenemos que hacer” señaló.
Cuando no hay un conocimiento de que se tiene que hacer esta transición a fuerza por las condiciones actuales, es cuando entra el gobierno “es imposible pensar que por mutuo propio, el agricultor va a cambiar su enfoque de subsistencia a empresarial, ahí es donde tienen que incidir las políticas tanto federales, como estatales, pero desde luego también el municipio tiene que ver en esto” expresó.
Expuso que lo primero que tiene que hacer el gobierno municipal, es desarrollar una inteligencia, un conocimiento de tendencias de lo que viene siendo el sector primario, no solamente en la región, sino en el país y el mundo que puedan ser aprovechadas, es decir, ver el potencial que hay, ver las oportunidades que hay y eso traducirlo en proyectos para que tengan un impacto positivo aquí en Bahía de Banderas.
Por ejemplo, dijo, hay tres tendencias globales; primero, productos cuyos niveles de azucares sean bajos, por los problemas de la diabetes, por los problemas de obesidad infantil y en los adultos. Segundo, productos que tengan un impacto en lo que viene siendo llevar una vida más saludable, como la ingesta de fibra, de vitaminas y minerales y tercero, lo orgánico, lo producido bajo estándares de producción distinto que hagan el producto más sano para su consumo.
¿qué podemos hacer aquí en Bahía de Banderas para aprovechar entonces ese potencial? Si vemos por ejemplo que los productos orgánicos están teniendo un impacto positivo en lo que viene siendo la demanda y por ello en los precios, hay que incentivar la producción orgánica en Bahía de Banderas, hasta este momento, dijo, no hay producción orgánica de la sandía de arroz o del maíz ya que el que actualmente se desarrolla aquí, es en su mayoría un maíz hibrido, semillero o un maíz no para consumo, sino para la producción de semilla que luego se utiliza para la siembra.
Esta producción orgánica se realiza sin el uso de pesticidas y químicos durante su cultivo, y no solamente eso, sino que el terreno debe estar bajo ciertas condiciones de manejo. Y en Bahía de Banderas este tipo de cultivo, precisamente la empresa IGANAY, que Oscar Valenzuela preside, lo está tratando de implementar.
Al respecto, explicó que actualmente su empresa está cultivando la Chía y está entre la fase experimental y la producción ya comercial y los clientes que tienen, están exigiendo cientos de toneladas de producto orgánico. Señaló que para producir 500 kilos del tipo de semilla de chía que están produciendo, se requiere de una hectárea y si están siendo demandados por sus clientes por cientos de toneladas, eso implica el doble de cientos de hectáreas. Este es el tipo de oportunidad que se está presentando, es por ello, dijo, si es posible tener un campo productivo en este municipio.
La chía, no es un producto extraño, se siembra como el maíz, con técnicas como el maíz, la separación de los surcos como el maíz, muchos de los productos que se utilizan para el desarrollo de la planta como el maíz, pero el precio que se paga es ocho veces más elevado y sin fertilizantes dañinos para la salud. Producción orgánica no significa dejar el cultivo a su suerte, se requiere mucha atención, mucha mano de obra, dedicación y supervisión utilizando de manera suplementaria ciertos productos que deben estar certificados orgánicos. Aclaró que por supuesto, es muy cara la producción orgánica, pero hay un mercado dispuesto a pagar un precio más elevado.
Por todo lo anterior, comentó, es que se requiere ver que potencial tenemos, las posibilidades que existen y sobre esto hay que orientar a la gente para que cambie lo que viene siendo la producción. Reconoció que es muy difícil lograr este cambio de mentalidad en los productores agrícolas y los jornaleros, pero es posible si las políticas en este rubro logran incidir para que el jornalero no se concrete solamente a cumplir su jornal y que se le pague por ello, sino que se dé cuenta lo que significa su trabajo para alimentar a la humanidad con los productos que demanda.
Finalmente, Oscar Valenzuela resumió que sacar adelante al campo implica ver que oportunidades hay por parte del gobierno y que oriente al productor, cambiar el enfoque de subsistencia a un enfoque empresarial, que el enfoque de organización y de apreciación de su propio rol del productor agrario sea modificado, que él vea en esto una oportunidad de negocio y que no le tanga miedo entrarle a nuevos esquemas, necesitamos asegurar la comercialización a través de la instalación de empresas que integren la cadena productiva como puede ser IGANAY que es un eslabón, una empresa integradora del mercado que compra y del mercado o el área que produce, donde ese eslabón puede producir una parte, pero también puede integrar a otros productores, sin embargo, dijo, son proyectos de largo plazo, es por ello que se requiere el apoyo del gobierno municipal a estos productores, porque además se requieren sistemas de producción intensivos y menos extensivos, es decir, menos tierra y más inversión en una sola hectárea de tierra que produzca más, “porque genera más valor agregado una hectárea de invernadero con chile morrón color naranja que hasta cien hectáreas de maíz” concluyó.