* Es una constante que en los últimos años la naturaleza reclama su territorio, el mar dejó sin playa este pasado fin de semana, la zona de las ramadas en la Boca de Tomates…
Por Mauricio Lira Camacho
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Este pasado fin de semana, la zona de ramadas en la Boca de Tomates, se quedó nuevamente sin playa.
Lo que provoca pérdidas económicas y una merma en la baja de llegada de visitantes al lugar, sobre todo los fines de semana.
En los últimos años, esta ha sido la tónica para las familias quienes se dedican a esta noble actividad.
Períodos en los que restauranteros tienen mucha playa y en los que el mar recupera terreno, dejando una estela de pérdidas.
De las 100 mesas que llegan a tener por ramada para la atención de turistas nacionales e internacionales, hoy en día poseen menos de la mitad.
La zona se ve devastada pues la playa no luce, el oleaje es irregular, se percibe mucha madera tirada, así como construcciones en lamentables condiciones todo esto por las últimas condiciones climatológicas.
En entrevista con encargados de ramas afectadas, estos dijeron que el fenómeno se da en esta zona desde hace muchos años, desde aquel terremoto en Chile que provoco en costas del pacífico serias afectaciones.
Con este problema en Boca de Tomates afectados tienen 2 meses y medio de diario batallar, el mar les ha ganado terreno en la playa.
Lo que ha ocasionado pérdidas, para los 10 negocios que se dedican a la venta de comida para los visitantes.
Se les ha metido el agua de mar hasta las ramadas, la marea sube baja, pero impide el quehacer sobre todo los fines de semana.
Los encargados han tenido que reducir sus espacios, pues ahora en menor debido a que el oleaje les ha quitado de más.
Este fenómeno se ha presentado desde el paso del huracán «Patricia» en costas del pacífico recientemente.
Están a la espera de que las autoridades federales, den el permiso correspondiente, paea delimitar zona de playa.
Cada ramada llega a tener hasta 50 mesas para los asistentes, sin embargo, dadas las condiciones actuales ahora son menos de la mitad.
Con sus pérdidas económicas notables, «nos estamos quedando sin nada, con la marejada hemos perdido madera y muebles, sin poder rescatar nada»
Los espacios de cada ramada son de 15 por 30, «hoy tenemos menos de la mitad, esto provoca que los turistas no lleguen a las ramadas porque hay pocas mesas y todo se llena ràpidamente».