* Dejó Paniagua un edificio escolar a medio construir en Bucerías aledaño al Arroyo del Indio, tenía la intensión de que esta escuela fuera la nueva Oliverio Vargas, padres de familia se opusieron, cerraron la carretera 200 como presión contra la medida unilateral del ex alcalde y ahora la obra luce abandonada dando cabida a que malvivientes la utilicen como excusado y pintas de todo tipo
Por Paty Aguilar
Olores nauseabundos despide la obra que dejó inconclusa el ex alcalde, Héctor Paniagua Salazar, se trata de un edificio escolar que sin consultar a nadie, decidió construir en un predio aledaño al Arroyo del Indio de Bucerías, a la altura de las colonias Obando y Paraíso del Indio, con la finalidad de cambiar ahí a los alumnos de la legendaria primaria Oliverio Vargas Hernández, ubicada frente a la plaza pública de esta comunidad, para a la postre demolerla y dar paso al proyecto de construcción de la mega plaza en este poblado, sin embargo, los padres de familia se opusieron por considerar que dicha escuela fue construida en zona de riesgo, lo que generó el bloqueo de la carretera 200 hasta el que el ex alcalde presionado por la situación, garantizó que no habría cambio de alumnos.
Como se recordará esa movilización de parte del pueblo de Bucerías, se originó luego de que en dicha obra apareció un letrero donde la constructora Dynámica anunció que en ese lugar estaba construyendo la nueva primaria Oliverio Vargas. Letrero que el ex alcalde ordenó retirar de inmediato, pero el pueblo que solo estaba enterado de la posibilidad de cambiar su escuela a este lugar por declaraciones públicas del ex alcalde, al ver este letrero reaccionaron como se menciona líneas arriba.
“Nos quieren quitar una escuela que está en buenas condiciones para cambiar a nuestros hijos a una escuela mal hecha en zona inundable y con riesgo de que el cerro que está atrás con las lluvias se les venga encima” reclamaron en aquel entonces. Es el caso, que ahora esta obra que consta de doce aulas construidas en tres bloques, luce abandonada, las paredes internas de las aulas están pintadas con letreros obscenos y sus pisos con excremento humano y de perro, con claras evidencias de que ahí se reúnen personas desquehaceradas.