En los últimos 12 años se les ha asignado a los partidos políticos 80 mil 500 millones de pesos para su financiamiento, pese a este gasto, el escozor por estas instituciones y la suspicacia en los procesos electorales ha aumentado.
Legisladores de PRI, PAN, PRD, PT y PVEM coincidieron en que el dispendio de estos recursos no ha dado al país “una mejor democracia ni partidos confiables”.
De acuerdo con el estudio El financiamiento público federal para los partidos políticos nacionales de México: presupuesto aprobado e impacto de la reforma al artículo 41 constitucional, 200-2012, elaborado por la Dirección General de Servicios de Investigación y Análisis de la Cámara de Diputados, indica que durante el periodo antes referido han existido 16 partidos políticos nacionales, que han recibido un financiamiento público, por parte del Instituto Federal Electoral, de 41 mil 224 millones de pesos.
Mientras que en el mismo lapso, los siete partidos políticos con representación en el Congreso de la Unión (PRI, PAN, PRD, PVEM, PT, Panal y Movimiento Ciudadano), se les han entregado recursos por 39 mil 377 millones de pesos.
Aunado a lo anterior, el abstencionismo se ha incrementado en las últimas elecciones presidenciales, pues el voto nulo pasó de 46 por ciento en 2000 a 52.10 por ciento en 2006; además de que en diversas mediciones de opinión pública para evaluar el desempeño de las instituciones de la nación, los partidos políticos son constantemente reprobados.
De acuerdo con la encuesta de Consulta Mitofsky México: confianza en instituciones; baja generalizada, levantada en agosto de 2011, registra que los partidos políticos tienen un nivel de aceptación de 5.7 por ciento. Y refiere que “la imagen de una institución de este tipo es de las peores que se tienen en México con relación a la confianza que genera, este nivel lo conservan desde 2008 en los mismos valores y de todas las instituciones evaluadas la que menos porcentaje de “mucha confianza” genera (4 por ciento).
Al respecto, el diputado del PRI, Felipe Solís Acero, señaló que el país debe tener un gasto electoral de acuerdo con sus necesidades, por lo que se tiene que hacer un esfuerzo por dar ingresos acordes con la realidad social.
“El gasto electoral en México sigue siendo, me parece que la divisa sobre el particular tendrá que ajustarse, es un propósito que tenemos que hacer y al que estamos obligados sobre todo en un país con el nivel de carencias sociales como en el que tenemos en México. Vale la pena que sea materia de una revisión legislativa, porque se necesita una reforma legal”, explicó.
El representante del PAN ante el IFE, Agustín Castilla, aseguró que, pese al gasto en los partidos, el país no tiene una mejor democracia, sino por el contrario los partidos están anquilosados y la insatisfacción de la ciudadanía ha aumentado.
Recordó que desde su partido existen dos propuestas para disminuir los costos de la democracia: disminuir el financiamiento público a la mitad y suprimir los ingresos de los partidos a escala estatal; así como establecer el voto electrónico que abarataría el costo de las elecciones.
En tanto, el ex coordinador del PRD en San Lázaro, Alejandro Encinas, sostuvo que la alta disponibilidad de recursos en los partidos ha frenado los procesos de democracia interna, pues estos solo buscan la consolidación de la burocracia partidaria.
“Tenemos un sistema de partidos caro y que lamentablemente ha perdido su función fundamental de la representación popular, entonces tenemos una crisis de representación que debe reconocerse. Porque el disponer de recursos y prerrogativas públicas, no garantiza que tengamos mejores partidos o que un sistema de partidos democrático, competitivo y transformador”, señaló.
En ese sentido, el diputado del PT, Jaime Cárdenas, señaló que los números de indecisos y el alto abstencionismo en los últimos años, solo demuestra el “divorcio” que existe entre los partidos y los ciudadanos. Por ello se pronunció por consolidar una reforma que obligue a los partidos a transparentar el ejercicio de sus recursos.
Financiamiento público o del crimen
Algunas ONG y líderes sociales se han pronunciado porque los partidos no reciban dinero público para su manutención; sin embargo, uno de los grandes temores de las instituciones encargadas de la democracia es que los partidos reciban dinero del crimen organizado.
Encinas refirió que los recursos de dudosa procedencia empiezan a llenar los procesos electorales del país, ya que el derroche de las prerrogativas rebasa por mucho los topes de gastos. “Ahí hay un vació gravísimo por parte de la autoridad electoral para hacer una verdadera fiscalización de partidos y campañas. El dinero mal habido no siempre es del narco, puede ser del sector privado que compran favores y van desnaturalizando a los partidos por favorecer a sus grupos económicos”, dijo.
Pablo Escudero, vicecoordinador de los diputados del PVEM, mencionó que por los tiempos de violencia e inseguridad que vive el país no es idóneo que la iniciativa privada financiara partidos y campañas.
“Ahorita está controlado, sabemos de dónde viene y a dónde va. Será muy peligroso para México dar un salto en este tema, pero a la larga hay que ver cuales serán las consecuencias de que la iniciativa privada esté dando dinero, porque después esos partidos se rindieran a esos sectores”, subrayó.
Los ya merito
En el mismo periodo de 2000 a 2012, nueve partidos políticos nacionales no obtuvieron el umbral de 2 por ciento de la votación general necesaria para mantener su registro. Estos partidos obtuvieron un financiamiento de casi 2 mil millones de pesos.
Partidos como del Centro Democrático, de la Sociedad Nacionalista, Auténtico de la Revolución Mexicana, Alianza Social, Liberal Mexicano, Alternativa Social y Campesina, México Posible y Fuerza Ciudadana generaron un dispendio de recursos por mil 896 millones de pesos.
A partir de 2007, el Congreso de la Unión descartó la conformación de nuevos partidos políticos para los procesos de 2009 y 2012; sin embargo, los legisladores se han pronunciado porque la ciudadanía determine la cantidad de los mismos.
Jaime Cárdenas indicó que de la mano del sistema de partidos, deben existir instrumentos para la que la ciudadanía participe en los procesos democráticos y dar equilibrio a los procesos electorales.
“Hay un fenómeno perverso que durante seis años no se permite la entrada de partidos, así que el reparto del pastel sigue en unos cuantos. Pero aunado a eso hay que abrir las candidaturas independientes y la vía ciudadana, la democracia de partido debe complementarse con la democracia participativa”, propuso.
Alejandro Encinas y Agustín Castilla coincidieron en que no debe haber un límite de partidos políticos siempre y cuando éstos sean determinados por la población y mantengan una rendición de cuentas y fiscalización para que no solo sean grandes franquicias.