Cuidar a jóvenes del narco, pide el Papa; critica explotación laboral

*Abundó que la falta de oportunidades trae pobreza y marginación, lo cual es el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia…

CIUDAD JUÁREZ.

En una reunión con empresarios y trabajadores, el papa Francisco aseveró que uno de los flagelos más grandes a los que se ven expuestos los jóvenes es la falta de oportunidades de estudio y de trabajo sostenible y redituable que les permita proyectarse.

Abundó que la falta de oportunidades trae pobreza y marginación, lo cual es el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia.

Por ello, dijo, es un lujo que hoy no nos podemos dar; no se puede dejar solo y abandonado el presente y el futuro de México, que son los jóvenes.

En el gimnasio del Colegio de Bachilleres, luego de escuchar a una familia de trabajadores, quejándose de los bajos salarios y el trabajo excesivo, el Papa señaló que “el lucro y el capital no son un bien por encima del hombre, están al servicio del bien común y cuando éste es forzado para estar al servicio del lucro, se llama exclusión”.

Reconoció que seis de cada diez personas se encuentran en la informalidad, y la mitad de la población está en la pobreza y sin seguridad social.

En el encuentro que sostuvo con organizaciones de trabajadores y dirigentes de cámaras empresariales, preguntó a ambos si desean, “¿un aire viciado por la corrupción, la violencia, la inseguridad y desconfianza, o por el contrario, un aire capaz de generar alternativas? Generar la palabra es clave, generar renovación o cambio”.

Ante esta desigualdad, el Papa lanzó una advertencia, “Dios pedirá cuentas a los esclavistas de nuestros días”, tras escuchar a una empleada de la industria maquiladora, Daisy Fuentes, quien se quejó de que sus hogares se han convertido en dormitorios, pues las largas y extenuantes jornadas de trabajo los dejan sin aliento para atender a los hijos.

En su mensaje, el Santo Padre invitó a los presentes a soñar con un México donde el papá y la mamá puedan tener tiempo para jugar con sus hijos, y eso se logra dialogando, confrontando, negociando y perdiendo, para que ganen todos, “cuando se va a negociar, siempre se pierde algo, pero ganan todos, es peor que el mundo competitivo termine determinando el destino de los pueblos”, insistió.

Trabajo conjunto

Dijo que aunque las organizaciones de trabajadores y las cámaras empresariales de inicio se perciben como antagonistas, la realidad es que ambos se esfuerzan porque el trabajo dignifique al hombre e impulse el desarrollo de la sociedad.

Lamentó que actualmente, la mentalidad reinante es la de tener mayor cantidad de ganancias a cualquier costo y pone el flujo de las personas al servicio de los capitales, lo que coloca a las personas como objetos para usar y tirar.

Señaló que cuando se piensa así, se pierde de vista que la mayor inversión es invertir en la gente, las personas, las familias y en crear oportunidades, “porque el flujo del capital no puede determinar el flujo y la vida de las personas”, asentó.

Puntualizó que la intención de la doctrina social de la Iglesia es velar por la integridad de las personas, cada vez que las personas o su integridad estén en riesgo, la Iglesia expresará su punto de vista.

El Papa dijo que esta visión no está en contra de nadie, por el contrario está a favor de todos, para que el trabajo sea un espacio de humanización, para construir ciudadanía, lo cual no sólo tiene una mejora inmediata y a la larga crea una cultura capaz de promover espacios dignos.

Aseveró que conviene pensar en que quiere dejarle México a sus hijos, una cultura de explotación, de trabajo esclavo, o una cultura de trabajo digno, techo decoroso y de la tierra para trabajar.