*Un millón de euros recibiría cada uno por no publicar un libro sobre el rey Mohamed VI; fueron grabados…
PARÍS, 1 de septiembre.– Eric Laurent y Catherine Graciet salen del bar del lujoso hotel parisino Raphael con 80 mil euros en los bolsillos en billetes de 100 como adelanto. Creen haber cerrado un buen negocio: un millón de euros por cabeza por no publicar un incómodo libro sobre el rey Mohamed VI de Marruecos.
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Lo que estos reputados periodistas de investigación ignoran aún, en la noche del 28 de agosto, es que la conversación con su interlocutor, un abogado que habla en nombre del monarca alauí, está siendo grabada y que a la salida les espera la policía para detenerles y acusarles de chantaje y extorsión.
“No necesito ninguna lección de deontología (…) Es mi obra, es asunto mío y hago lo que quiero”, se justificaba ayer Laurent, de 68 años, en un periplo por varios medios de comunicación para intentar salvar su prestigio y, sobre todo, cargarse de argumentos para evitar los cinco años de cárcel a los que podría ser condenado.
Hubo dinero de por medio, dice, pero la proposición llegó de Rabat en forma de soborno y Laurent se vio abocado a aceptarla por su dura situación personal, con una esposa enferma terminal de cáncer.
Insiste en que fue el Palacio el que corrompió a los periodistas y no éstos quienes intentaron extorsionar al rey marroquí.
Son los argumentos de Laurent, la voz cantante en una negociación en tres actos de la que se supone informaba a su compañera, presente sólo en la última cita, la de su detención, después de que Rabat alertase a las autoridades francesas del presunto caso de extorsión.
“Nunca quise hacer ningún chantaje. Caí en una trampa”, se defiende Graciet, periodista independiente y antigua colaboradora de la batalladora revista marroquí Journal hebdomadaire ya extinta.
Ambos se conocían bien, pues ya en 2012 habían publicado juntos El rey depredador. Apoderarse de Marruecos, una investigación sobre el entramado de empresas vinculadas con el multimillonario Mohamed VI que ahora pretendían convertir en secuela para la misma editorial, Le Seuil.
El escándalo promete arramblar con la credibilidad de Laurent.