*En menos de cuatro años, los penales de Nuevo León han sido escenario de cruentos enfrentamientos entre integrantes de carteles enemigos con…
En menos de cuatro años, los penales de Nuevo León han sido escenario de cruentos enfrentamientos entre integrantes de carteles enemigos con saldos de varias docenas de muertos, heridos y hasta fugados.
Apenas en febrero del 2012, se suscitó un motín en el penal de Apodaca, donde fueron masacrados 44 internos y 37 más se dieron a la fuga. Hoy fue Topo Chico, donde al menos 49 personas perdieron la vida.
La a Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ya había advertido en 2013 que los penales en el país eran verdaderas “bombas de tiempo” al albergar a delincuentes de elevada peligrosidad sin las condiciones de seguridad necesarias para ese tipo de personas, donde además se mezclaban a todo tipo de bandas del crimen organizado, lo que podía generar una fuerte crisis.
De hecho el entonces ombudsman, Raúl Plascencia Villanueva, manifestó desde entonces su preocupación por “la condición vulnerable en la que se encuentran las penitenciarías nuevoleonesas de Apodaca y Topo Chico, donde se registran crisis periódicas”.
“Los penales de Apodaca y Topo Chico representan para la Comisión Nacional dos puntos de atención urgente: la sobrepoblación que tienen y las condiciones de abandono en las que estuvieron durante mucho tiempo y que han hecho crisis”, advirtió entonces.
Un año, más tarde en 2014, su sucesor y actual titular de la CNDH, Luis Raúl González advirtió de las condiciones de hacinamiento, descontrol y autogobierno del crimen organizado que prevalecían en el Centro Preventivo y de Reinserción Social Topo Chico, en Nuevo León.
En el penal permanecen recluidos internos que pertenecen al Cártel del Golfo (CDG) y Los Zetas, por lo que las disputas entre ambas organizaciones también se presentan en ese inmueble penitenciario, alertó.
Basta recordar que Carlos Pérez González El Gafe, sicario de Los Zetas implicado en el homicidio del ex alcalde de Nuevo Laredo, Benjamín Galván, fue asesinado en el interior Topo Chico en abril de 2014.
Apenas en septiembre de 2015, Mario lberto Roldán Zúñiga El Fresa, ex líder de Los Zetas en Nuevo León, fue asesinado en el interior de ese mismo penal.
En el Informe de Supervisión Penitenciaria 2014, la CNDH enlistó una serie de irregularidades, entre ellas la sobrepoblación, ya que tiene capacidad para 3 mil 625 interno y tenía 4 mil 585, por lo que lo calificó con un 5.7 en las condiciones del penal.
Falta de manual de procedimientos para ingreso, traslado de internos y uso de la fuerza; Insuficiente personal de seguridad y custodia, Existencia de áreas de privilegios, objetos y sustancias prohibidas, e internos que ejercen violencia o control sobre el resto de la población, presencia de cobros por parte de custodios, son algunas de las situaciones que prevalecen en ese penal.
Además cobros por parte de los internos, sobrepoblación y hacinamiento, deficiencias en los servicios para mantener la salud de los internos, mobiliario, equipo médico, unidad odontológica, insuficiente personal, atención médica, material de curación y atención psicológica, deficiencias en la prevención y en la atención de incidentes violentos.
OTROS CASOS. Pero los penales de Nuevo León no son los únicos que representan una “bomba de tiempo” como advirtiera la CNDH pues en otros centros carcelarios sobre todo del norte del país, también se han presentado hechos violentos con decenas de muertos.
El 5 de enero del 2012, fallecieron al menos 31 reos y trece sufrieron heridas en una pelea en el Centro de Ejecución de Sanciones de Altamira, en Tamaulipas al enfrentarse dos grupos de la droga, Los Zetas y el Cártel del Golfo.
Para el 27 abril del 2013 una riña entre dos grupos rivales provocó 13 muertos y 65 heridos en el penal de La Pila, en el estado de San Luis Potosí.
El 18 diciembre de es mismo año otra riña entre pandillas rivales derivó en la muerte de 24 personas (15 presos y nueve guardias) en un motín e intento de fuga en el Centro de Reinserción Social 2 de Gómez Palacio, en Durango.
El 25 julio del 2011, un tiroteo entre las bandas rivales Los Aztecas y Los Mexicles, brazos armados de los carteles de La Línea y de Sinaloa, dejaron como saldo 27 presos muertos y 20 heridos en el penal municipal de Ciudad Juárez, Chihuahua.
El 15 octubre de ese mismo año, el penal de Matamoros, en el estado de Tamaulipas fue escenario de otra riña con un saldo de 20 internos muertos y 12 lesionados.