Al cierre de esta edición, un grupo de internos del penal de Apodaca, apoyados en el exterior por familiares, impedían que se llevara a cabo el traslado de tres integrantes de la organización delictiva de Los Zetas, entre ellos a uno de sus líderes de nombre Marco Garza de León Quiroga, El Chabelo, al penal de Puente Grande, Jalisco.
De acuerdo con los primeros reportes policiacos, los reos se enteraron del operativo por lo que sacaron los colchones al patio y en dos puntos distintos les prendieron fuego, lo que generó una cortina de humo.
A la par, en el exterior los familiares de los internos prendieron fuego en la puerta principal para impedir que se llevara a cabo el operativo en el que participaron aproximadamente 200 elementos de las Fuerzas armadas y de las policías Federal y estatal, apoyados con 25 unidades móviles.
Los hechos ocurrieron poco antes de las 19:00 horas… diez minutos después las dos columnas de humo fueron visibles, al mismo tiempo que se escuchaban detonaciones de armas de fuego.
Con pancartas en mano y jaloneos con los policías, familiares de los internos exigieron una explicación, así como la presencia del gobernador Rodrigo Medina.
Por la noche, Jorge Domene Zambrano, vocero de Seguridad de Nuevo León dijo que el objetivo del operativo era restablecer el orden, encontrar a los responsables de la muerte de los 44 reos, así como el traslado de reos de alta peligrosidad.
Domene Zambrano informó que las autoridades federales realizarán el traslado de 400 internos a otros centros penitenciarios y agregó que por el momento, en el penal de Apodaca, todo se encuentra «bajo control» y que ningún interno se encuentra en riesgo.
Al cierre de esta edición, el avión federal continuaba en el aeropuerto de Monterrey esperando a los integrantes de Los Zetas para ser trasladados a petición de la Procuraduría General de la República (PGR).
Este nuevo zafarrancho se suma a dos anteriores que han protagonizado las familias que están en las afueras del penal.