Científicos australianos buscan en la Antártida evidencias de partículas de rayos cósmicos, provenientes de supernovas, que se encuentran atrapadas en el hielo, para estudiar su impacto en el clima de la tierra durante el pasado milenio, informan hoy medios locales.
Los físicos Andrew Smith y Ulla Heikkila, de la Organización Australiana de Tecnología y Ciencia Nuclear, han viajado hasta el continente helado para recoger muestras de hielo y medir la presencia de isótopos de berilio, partículas que se crean cuando los rayos cósmicos chocan en la atmósfera terrestre con el oxígeno.
«Con las muestras de núcleos de hielo de berilio podremos tener una indicación real de cómo la actividad solar ha afectado al clima de la tierra en el pasado milenio», explicó Smith a la emisora australiana ABC.
El Sol tiene un papel «protector» contra los rayos cósmicos gracias a la Heliosfera, una especie de burbuja creada por los vientos solares para desviar estos rayos, destacó Smith.
Si la actividad solar es menor, la Heliosfera se debilita y permite una mayor entrada de rayos cósmicos en la atmósfera terrestre, generando más isótopos de berilio que quedan atrapados a lo largo del tiempo entre las capas de nieve en la Antártida.
Los científicos esperan encontrar muestras milenarias en la Bóveda Law, en el este del Polo Sur, para someterlas a pruebas especializadas en los laboratorios.
Smith y Heikkila confían obtener la historia a largo plazo de la deposición de berilio en la Tierra para después desentrañar la historia de la actividad solar.
Los dos científicos indicaron que las fluctuaciones en la cantidad de energía emitida por el Sol han tenido un rol poco significativo en el cambio climático en el último siglo, aunque no descartan que durante períodos mayores de tiempo hayan tenido una importancia más relevante.
«La relación histórica entre la actividad solar y el cambio climático de la Tierra» será uno de los aspectos que el estudio podrá aclarar.