Casas GEO Explota a sus Trabajadores el Sábado Pararon Labores

* En total estado de indefensión trabajadores de la obra del fraccionamiento que construye Casas Geo en San Vicente, quienes por necesidad soportan que se les pague entre 300 y 400 pesos la semana como “abono” de su sueldo, pero el sábado no se les pagaron y por ello se animaron a parar la obra, el responsable de la empresa pretendió sacar a esta reportera del área de la construcción

Por Paty Aguilar

“Es un área privada y no deberías estar aquí, ¿estamos de acuerdo?, te pediría nada más que me regresaras las fotos que tomaste” me dijo Eduardo Fernán González,  presuntamente representante de Casas GEO, que en el momento que llegué al lugar, una obra en construcción de lo que va ser un fraccionamiento, observamos alrededor de cien trabajadores que habían parado sus labores debido a que esta empresa no les había pagado su salario, por supuesto, la respuesta de esta reportera fue tajante “a ver, a ver, esta gente está quejándose de que ustedes no les pagan” y así empezó una agria discusión entre este señor y este medio de comunicación que recibió el reporte de que la inmobiliaria Casas Geo no les estaban pagando su sueldo completo, solo abonos de entre 30 y 400 pesos por semana, por ello, habían decidido parar la obra. Según los trabajadores inconformes, este fraccionamiento se llama Valle Marlín de Casas Geo.

Cabe destacar que inmediatamente después de que recibimos el reporte del paro de labores en esta obra de construcción nos dirigimos al lugar que se encuentra a escaso 300 metros de la carretera Mezcales a San Vicente entrenado por el bordo del arroyo la Quebrada junto al Puente de la Las Mesas. Al llegar a la improvisada caseta de seguridad, el policía de guardia nos permitió el acceso luego de identificarme como reportera.

Entré al área de construcción que se ubica de esta caseta a escaso cien o 200 metros donde observé vehículos particulares y alrededor de cien trabajadores que no estaban trabajando, tomé algunas fotografías y al acercarme más, me abordó un sujeto vestido con una camisa con el logotipo de Cas GEO con lentes oscuros acompañado por dos mujeres quien luego de saludarme y yo identificarme, al parecer ya me conoce, me dijo “Es un área privada y no deberías estar aquí, ¿estamos de acuerdo?” sorprendida, le contesté  “ah, okey”, sin embargo, enseguida agregó “te pediría nada más que me regresaras las fotos que tomaste” todavía con la sorpresa, le dije pregunté “¿cómo, por qué?” y me respondió “porque tú estás accesando a un área que es privada” y así empezó una acalorada discusión ante los trabajadores.

Expuse que la gente estaba quejándose de que no les estaban pagando su salario, entonces, el hombre en vez de dar una explicación sobre lo que estaba ocurriendo, preguntó en tono amenazador “se quejaron contigo” si le respondí, luego, en tono más amenazante espetó “¿quién se quejó contigo, tú qué eres aquí?”, ante estas preguntas y el tono inquisidor, le contesté “tú por qué crees que estoy aquí, soy adivina o qué” y con prepotencia de mi parte, le dije “tu no me vas a tratar así, yo soy periodista, dime cómo te llamas. Aquí en la entrada yo le dije al de seguridad quién soy y él me permitió la entrada” entonces el hombre me interrumpió “no te tiene que permitir la entrada hasta que yo lo permita”, no pues yo no sé quién eres tú “sácame de aquí como te de tu gana, yo no me voy a ir, yo vine a cubrir un evento porque tengo conocimiento de que a esta gente Casas GEO no le está pagando, eso es a lo que yo vine aquí y tú no me vas a sacar de aquí, si quieres manda a tu seguridad y sácame porque por mi propio pie yo no me voy salir, ya te escuché manda a tu seguridad y sácame”.

Ante mi postura ya radical, el hombre se dirigió a los trabajadores y les dijo “muchachos creo que ustedes ya llegaron a un acuerdo, yo creo que estoy tratando de hablar con la señora para que respete la privacidad de nosotros ¿están de acuerdo?” y un trabajador gritó “de acuerdo” luego el individuo se dirigió a mí y me preguntó “ves alguna queja de los muchachos” entonces, les pregunte a todos “o sea están conformes ya con el señor, ¿ya hicieron un trato, ya lo tienen? Si ya lo tienen yo me retiro, a mí me llamaron porque ustedes estaban teniendo problemas con Casas GEO y yo con muchísimo gusto…” iba a decir me retiro, pero el tipo de Casas GEO me interrumpió para decir “todavía no está arreglado nada y estamos llegando a un arreglo, es un asunto personal” entonces, le dije “no, no es asunto personal, estás afectando a cientos de familias que están aquí, si tú no les pagas les afectas” le espeté y luego observé miedo en los rostros de los trabajadores y les pregunté “los tienen atemorizados” tímidamente respondieron “no, no, no” dijeron.

Fu así que uno de los trabajadores se animó a hablar ante la grabadora “ya pusimos un acuerdo con ellos de que van a traer dinero para pagarnos ahorita, por días nos van a pagar por un proceso de que no pueden sacar dinero” dijo uno, luego otro agregó “ya está solucionado el problema, ya lo arreglamos, si ellos no solucionan ahorita cómo quedamos, entonces viene otra vez”. Nuevamente, el tipo de Casas Geo intervino “si, entonces, hablen con ella, yo no tengo inconveniente con eso” entonces por qué me sacas, le inquirí “es todo lo que tienes decir”.

Al ver que aparentemente ya habían llegado un arreglo, decidí retirarme, pero el tipo insistió en que le debía de dar la fotografías que había tomado y otra vez se armó otro alegato “si me las quitas, te acuso de robo, atrévete” no me provoques, me contestó “inténtalo, atrévete” lo volví a increpar y como ya no había nada que hacer empecé a retirarme del lugar ante la sorpresa de todos los trabajadores que asustados por la situación solo acataban a mirarme.

Más tarde supe, que el tipo de Casas GEO, solo les había pagado a los inconformes entre 300 y 400 pesos por cada trabajador, como cada semana, según nos informaron les habían estado pagando quedándoles a deber más de la mitad de su miserable sueldo. Se trata pues de una empresa que explota a los trabajadores de la construcción y que se sabe es muy poderosa, ya que las autoridades municipales les permiten que en nombre de la promoción del empleo paguen salarios indignos, una obra barata que es avalada también por la Secretaría de Trabajo que hacen oídos sordos para inspeccionar estar obras.