Ciudad de México • La Cámara de Diputados aprobó una reforma al artículo 24 constitucional para garantizar la libertad de conciencia y de religión, con “el derecho de practicar individual o colectivamente, tanto en público como en privado, las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley”.
Con 199 votos a favor, 58 en contra y tres abstenciones, el pleno cameral avaló el dictamen de la Comisión de Puntos Constitucionales, para establecer igualmente que “nadie podrá utilizar los actos públicos de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de propaganda política”.
Aunque el proyecto impulsado por las bancadas del PRI y del PAN preveía suprimir el párrafo referente a las condicionantes para celebrar actos religiosos de culto fuera de los templos, finalmente se restituyó en el dictamen:
“Los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente se celebren fuera de éstos se sujetarán a la ley reglamentaria”.
La fracción panista retiró sus propuestas sobre el derecho a la educación religiosa y el derecho a la asociación religiosa, con el fin de alcanzar las dos terceras partes de la votación, pues ambos puntos dividieron internamente a priistas y perredistas.
Dichos aspectos reconocían “el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo a sus convicciones religiosas, aun dentro de la escuela pública”, además de admitir la existencia de las asociaciones religiosas, incluso antes de su reconocimiento jurídico.
A pesar de la supresión de los puntos más polémicos del proyecto, los diputados del PRD y del PT identificados con el movimiento de Andrés Manuel López Obrador se opusieron terminantemente a la reforma y hasta tomaron dos veces la tribuna, con el propósito de frenar la discusión.
Legisladores como Enoé Uranga, Teresa Incháustegui, Gerardo Fernández Noroña y Jaime Cárdenas advirtieron que la enmienda constitucional “liquida” al Estado laico y concede a los ministros de culto la posibilidad de hacer activismo político.
La aprobación de esta reforma “significaría mandar al Estado laico a bailar a Chalma”, sostuvo Uranga, mientras Cárdenas sostuvo que la enmienda constitucional tuvo su origen en una cena del cardenal Norberto Rivera con el aspirante presidencial priista Enrique Peña Nieto.
El legislador priista Ricardo López Pescador, autor de la iniciativa, rechazó, sin embargo, esos argumentos, y subrayó que el proyecto remitido al Senado para su ratificación sólo amplía el derecho de las personas a ejercer libremente su religión, sin darle poder a ninguna asociación o iglesia en particular.
“No es posible entender que algunos grupos liberales del país, como ciertos extremistas del PRD y del PT, estén a favor de unos derechos humanos y en contra de otros”, remató.