Trampa no hay, a lo mejor se carga la mano pero de hacer trampa nada. Eso dicen los pobladores de Mexcaltitán cuando se acerca la fiesta de los santos patronos de esta isla, que podría ser el mítico punto de partida para la peregrinación de las tribus nahuatlacas en la búsqueda de su Tenochtitlán. Como todos los años, este 29 de junio San Pedro y San Pablo se enfrascarán en una batalla de la que, con toda seguridad, saldrá airoso quien es considerado la piedra fundamental de la Iglesia católica.
Desde la llegada de los españoles, con la evangelización, en esta pequeña isla perdida entre humedales, se venera a ambos apóstoles. Y si alguna vez el Dios Huitchilopoztli encomendó a sus habitantes emprender una peregrinación en busca de una águila –o para efectos más realistas y de interpretación más precisa del Códice Boutorini, una garza— devorando una serpiente, ahora son San Pedro y San Pablo quienes los guían todos los años.
La fiesta es colorida y singular, porque siendo la pesca de camarón la principal actividad económica de la que es conocida como la ‘Venecia Mexicana’, los Santos salen desde muy temprano a navegar seguidos de una procesión de feligreses alrededor del isla, para bendecir las aguas y así buscar que la producción de cada uno de los chiqueros en los que se atrapa el delicioso crustáceo se acerque por lo menos a la cifra récord de tres toneladas en una noche.
Ahí, entre los manglares que además de formar el hábitat de los camarones provee el material para construir un complicado sistema de diques que se utiliza para esa pesca desde tiempos inmemoriales, se celebra una misa un poco más corta de lo habitual, en presencia de los patronos.
Lo que sigue es una batalla, pues el pueblo entero ha sido dividido en dos equipos, cada uno encabezado por alguno de los dos Santos, para competir en una carrera alrededor de la isla tras la cual comienza el festejo pagano.
Para la carrera, cada bando elige a sus mejores navegantes. Luego al frente de sendas canoas se coloca la imagen del Santo por el cual se compite. El reto es dar la vuelta a Mexcaltitán impulsando la canoa con varas que se sumergen hasta encontrar el fondo de los canales, como lo hacen en las trajineras de Xochimilco, y no con remos, como se usa en esta zona del país. Todos los años, invariablemente, gana el equipo de San Pedro.
“No, no, trampa no hay. No somos tramposos. Lo que pasa es que San Pedro es más milagroso y conviene más encomendarle la pesca a él, entonces no hay que hacerlo enojar. Lo que se hace es que del lado de San Pedro siempre están los más fuertes, por eso es que siempre gana, pero trampa no hay, se compite bien”, dice Héctor Apodaca, custodio en el Museo del Origen, establecido en la Isla para celebrar su denominación como Cuna de la Mexicanidad.
La alegría, las porras y todo el ambiente festivo que rodea la carrera es apenas el comienzo de una fiesta tan tradicional como ninguna, que incluye comida y baile, que incluye fuegos pirotécnicos por la noche y, sobre todo, que se encuentra enmarcada por un paisaje de belleza sin igual.
PARA LLEGAR
Mexcaltitán se localiza a 34 kilómetros al noroeste de Santiago Ixcuintla, aproximadamente a 1 hora de San Blas y 2 de Tepic. De Santiago Ixcuintla hay que tomar el camino hacia Sentispac y continuar hacia el embarcadero La Batanga, donde deberá abordar una lancha que lo conducirá hasta la isla.
PARA CHUPARSE LOS DEDOS
Comer en Mexcaltitán es una verdadera experiencia. Aquí nació la receta original de los camarones cucaracha y en ningún otro lugar se pueden conseguir tan crujientes, un acompañamiento ideal para botanear con la cerveza. Pescado zarandeado, tamales de camarón, paté de camarón y el muy nayarita aguachile pueden completar el festín.
PARA DORMIR BIEN
La recomendación cuando se visita Mexcaltitán es pernoctar en el Puerto de San Blas, desde donde se puede hacer el viaje ida y vuelta con comodidad. En San Blas se puede encontrar habitación en acogedores hoteles como Garza Canela, Hacienda Flamingos y Casa Mañana, entre otros.