Salvador González conserva el mismo equipo de trabajo en el rastro ,asegura ex secretaria que recibía órdenes de romper papelería para que no quedara evidencia de los negocios con sangre, pieles y reses
Por Mauricio Lira Camacho
NOTICIASPV
Ex secretaria revela corrupción en el rastro municipal, dijo que recibía órdenes de romper papelería para que no quedara evidencia de las negociaciones indebidas que se llevaban a cabo, respecto a sangre, pieles y reses de introductores.
Este círculo vicioso de irregularidades que hay dentro del rastro, está encabezado por el actual administrador, Alfredo Velázquez Islas, Joel Hernández, Francisco Fletes Macedo, Liberia Ocampo y María de Jesús Marín.
Confirmó que hay una persona originaria de Guadalajara la cual ingresa los viernes a las cinco de la mañana a comercializar menudo.
Es Martín Valenzuela Hernández que tiene un permiso para ser introductor de aves solamente, pero no para comercializar menudo.
Esta joven ingresó a la administración del entonces alcalde, Javier Bravo Carbajal, en julio del 2008 y fue dada de baja sin razón justificada en el mes de noviembre del 2009.
Hoy espera el pago de su finiquito, que le prometieron haría Salvador González, no han cumplido y ante la velada amenaza de informar públicamente todo lo que sabe, decidió romper el silencio.
Dijo máxime que Salvador González mantiene el mismo equipo de trabajo que Javier Bravo Carbajal en el rastro municipal.
Alfredo Velázquez fue responsable del Rastro con Javier Bravo, luego una fugaz estadía en servicios públicos y con Salvador González, está de regreso con el mismo círculo y las viejas prácticas.
Entrevistada por este medio, quien fuera empleada en el rastro detalló todo lo que supo, acerca de los negocios ilícitos dentro de la dependencia.
El médico Alfredo Velázquez Islas, administrador del rastro en la mayor parte del trienio de Javier Bravo Carbajal, encabezó una campaña de encubrimiento de presuntas irregularidades.
Junto con Joel Hernández médico e inspector trabajaron así de esa manera, de hecho cuando sale Islas del Rastro para irse a servicios públicos municipales, se queda en su lugar Joel, con la misma práctica de no ver, no investigar.
Había personal que atendía el proceso de la muerte y sacrificio de las reses, pero cuando vendían y el proceso de lavado de menudo, que es cuando llegaba Karnes Supremas, acudían primero a la oficina de la dependencia.
Una como secretaria hacía la carta correspondiente en la computadora para capturar los datos esenciales como la fecha, lugar, y establecía que cantidad de menudo ingresaba a las instalaciones.
Lo que costaba cada menudo, en un promedio de 50 pesos cada uno, ese era el trámite después el introductor regresaba pagaba, se le daba la hoja, para que firmara la hoja de recibido de que ya había erogado lo correspondiente, esa carta y el dinero se le daba al administrador, Alfredo Velázquez, quien posteriormente ordenaba el oficio lo rompieran.
– Porque razón, se le pregunta a la entrevistada
– Nunca me dieron más datos
Me dijeron esa carta no se archiva, no se le pone sello y así se va.
Por lo que si el trámite se hacía un viernes, para el lunes entrante la carta no existía.
No dejan evidencia de nada.
Yo escuché varias conversaciones del médico Alfredo Velázquez, de Joel Hernández, de lo que eran las pieles, junto con quien entonces estaba en seguridad un empleado de apellido Overol, había órdenes especiales de envío, pero nada quedaba en resguardo.
Hablaban de pieles, carne, sangre y hasta excremento de los animales.
Esta persona explicó que la comunicación sobre estos temas nunca, eran vía celular, sino a través de los radios.
De hecho antes que cualquier reporte hacían negocios con los introductores en la venta de carne, pero nunca dejaban asentado nada en bitácora o por lo menos en hojas documentales.
La sangre es un negocio dentro del rastro, se la llevaban en hieleras, en la oficina de la administración y en el baño estaban previamente instaladas, y posteriormente se la llevaban.
Ahí guardaban bolsas con hielo y la sangre, las sacaban del rastro así como las pieles, todo un negocio redondo y no reportaban nada al municipio.
– Esto se vale
– Claro que no
No es justo y a la hora de preguntar sobre algo, nadie decía nada, al contrario hay confabulación con otros personajes.
A Alfredo Velázquez Islas, una compañera María de Jesús Marín, cubre todo, de hecho cuando anuncian contraloría o auditoría, ella ya tiene todo preparado.
Otra actividad ilícita era la ordeña de gasolina de las unidades, era evidente, todos los días reportaban por las mañanas que los tanques estaban vacíos y era el correr por los vales para llenarlos de nueva cuenta.
Con una manguera en un tubo de plástico, y bebían para extraer la gasolina.
Hubo reportes pero nadie hizo nada, todos se tapaban.
Acerca de la renovación de equipo, nunca se vio una mejora, a pesar de los comentarios de los trabajadores que se dedican a la matanza de los animales.
Pintaban o arreglaban a medias, pero no a fondo, reveló esta persona que trabajó un año y medio dentro del rastro.
– Hubo corrupción en el rastro
– Si, a todas luces
Esta persona revela que sin razón alguna fue dada de baja como empleada del rastro, dijeron, por cambio de administración ya que quien entregaba era Javier Bravo Carbajal y el que entraba era Salvador González, con quien incluso platicó en el mes de diciembre, pero le dio un rotundo no, a contratarla a partir del 2010.
Hoy esta persona, reclama el pago de finiquito y derechos laborales desde el 2009.