Zona Chica

Historias de “violación”

Por Hugo Lynn Almada

Cuando hace algunos años me avisaron que un amigo había sido detenido, acusado de violación no lo podía creer. Con el paso de los días pude darme cuenta que mi compañero de aventuras había sido víctima de una trampa en la que desgraciadamente cayó.

Su ex novia lo acusó. Ella se presentó en su casa en la madrugada y ahí se supone que sucedió el ilícito. Bebieron juntos, y bajo los efectos del alcohol sucedió el supuesto hecho.

De la casa de mi amigo, con el útero cargado de la prueba del encuentro se dirigió al Ministerio Público. Ahí denunció a mi amigo que no tuvo manera de defenderse. La palabra de ella pesó más que la suya, solo tuvo qué asegurar que el acto sexual había sido sin su consentimiento Ella tenía una relación cercana con un poderoso enemigo del acusado. En corrillos se asegura que después de denunciarlo y conseguir su encarcelamiento ella recibió una buena recompensa. Hoy mi amigo está libre, pero nadie podrá borrar de su vida los años que tuvo que pasar tras las rejas acusado de un delito que no cometió, y por el que finalmente salió sin responsabilidad.

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Cuando un pariente se divorció terminó en la cárcel. Su esposa lo había abandonado con dos pequeñas hijas, así que él tuvo que hacerse cargo de las chiquitas. Se encargaba de mantenerlas, bañarlas, llevarlas a la escuela y trabajar para conseguir el sustento.

Tras varios meses de ausencia, un mal día ella regresó para quitarle a las niñas. Por supuesto él se negó y decidió llevar el asunto a tribunales.

Avanzado el juicio de divorcio, y a punto de recibir un fallo a favor por la patria potestad, mi pariente fue acusado de violación equiparada a sus hijas.
La ex esposa argumentó que él “tocaba” sus partes íntimas mientras las bañaba. Las niñas, muy chiquitas, declararon a pregunta expresa del MP, que su papá cuando las bañaba, les lavaba entre las piernas. ¿Quién si no él iba a hacer esa tarea?

Terminó en la cárcel por más de tres años, y al final, salió en libertad y declarado inocente. ¿Pero quién le regresa los años en la cárcel y el amor de padre que le fue arrebatado a base de mentiras?
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Cuando un famoso cantante llegó a un antro a trabajar conoció a dos empleadas del lugar. Al final de su actuación, ya en la madrugada, las invitó a continuar la fiesta a su hotel. Ellas accedieron incluso a acompañarlo a su cuarto y ahí seguir bebiendo. El aquelarre terminó bajo las sábanas. Las empleadas del bar resultaron ser menores de edad y acusaron al famoso de haberlas violado. En breve él irá a la cárcel y será preso antes de ser declarado culpable o inocente.

MANCHÓN PENAL

En contraparte existen muchas historias en las que mujeres ultrajadas en calles, escuelas, baños públicos, carreteras y en sus casas nunca encuentran justicia a pesar de existir pruebas contundentes contra sus violadores. Así es la “justicia” en este País.

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