Más nada

Por. René Ibáñez Salcedo

“El instante de la decisión es una locura”,

Sören Kierkegaard, escribió alguna vez, “El instante de la decisión es una locura”, con el tiempo he reparado en ello, al observar aquello que nos estimula a tomar una decisión cualquiera. ¿Qué es lo que nos impulsa en nuestro más adentro a tener cambios significativos en nosotros mismos?.

Algunos tienen que enfrentar el duelo de una enfermedad, una muerte, una infidelidad, unos indicadores negativos en los reportes médicos, para encontrar su necesidad de cambio. Otros encuentran en el hastío e incluso en la falta de resultados en su vida personal o productiva, la conciencia para tomar acciones emergentes que le permitan obtener resultados distintos.

Hay quienes esperan cada año para evaluar los efectos en sus decisiones, analizan sus balances académicos, financieros, sentimentales y de cualquier orden para tratar de obtener esos nuevos estímulos que los harán buscar mejores providencias.

Frente al ritual de las uvas a principio de cada año, nos disponemos entonces a buscar aquellos propósitos que nos van a permitir ser mejores, olvidando con frecuencia, que cada minuto u hora del día, puede ser la oportunidad gigantesca de ser mejores, de tomar decisiones coherentes para nosotros mismos y los demás.

Programas tan exitosos como los que se ejercen en los grupos de ayuda doble AA pueden ser emulados por la población para tener resultados sin precedentes y positivos. “Solo por hoy” puede ser aplicado en cualquiera de las ocupaciones de los ciudadanos y nos pueden brindar una mejor convivencia en medio de nuestra cotidianidad.

“Solo por hoy” el conductor podría respetar el espacio peatonal, el profesor preparar mejor sus clases, el director de una institución o funcionario público tomar una acción de mejora para  decidir no cometer un saqueo o acción corrupta. Podría también lograr un buen planteamiento en el legislativo, solo por hoy también, podría haber una acción que permita apresar a los pillos de cuello blanco, evitar el desvío de un recurso público e incluso vencer una apatía.

De vez en vez, es necesario desintoxicarse de pretextos y en la acción del prójimo para tener  el temple de decidir ser mejores individuos, porque solo desde ahí, podrá un colectivo aspirar a tener resultados que nos beneficien a todos. Quizá no sea demasiado tarde, quizá en este momento, al finalizar la lectura de estos garabatos solo por hoy podríamos comenzar.

renesant@hotmail.com

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