- Vecinos de la calle Zaragoza en el centro, piden un alto a la gente que aprovechando las peregrinaciones y venta de alcohol, usó las calles para hacer del baño.
Por Mauricio Lira Camacho
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Vecinos de la calle Zaragoza en el centro, piden un alto a la gente que aprovechando las peregrinaciones y venta de alcohol, usó las calles para hacer del baño.
Situación que se presenta cada vez que hay un evento de relevancia.
Hecho que se heredó desde el trienio de Gustavo González Villaseñor cuando se autorizaron bailes masivos en el centro de la ciudad.
Y antes, cuando se hizo peatonal el malecón de Puerto Vallarta sobre todo los fines de semana, en el trienio de Pedro Ruiz Higuera.
Con Javier Bravo Carbajal, fueron evidentes las molestias de los vecinos en temporada de semana santa y fin de año.
Sin embargo, con Salvador González fue más clara la prueba con las fechas de septiembre, y en las peregrinaciones.
En este año, del 1 al 12 de diciembre, fecha de peregrinaciones el principal problema que reportan en el centro es la cantidad de personas que usan las paredes de las fachadas casa o negocios y las esquinas para hacer sus necesidades sanitarias.
Lo anterior al extremo de que varias personas dueñas de establecimientos de comida en calle Zaragoza, colocaron en la escuela de su frente cartulinas informando que la gente que está haciendo sus necesidades del baño, está siendo observada por lo que se abstengan de hacerlo.
Son cartulinas color verde y azul con leyendas diversas donde se pide que la gente no haga del baño en las calles, pues de mal gusto para los moradores, locales y visitantes nacionales así como los internacionales que deben soportar una mala imagen y pésimos olores.
Mucha de esta gente que no respeta son jóvenes que consumen alcohol en demasía, que son originarios de diversas colonias y aprovechan, que el centro de Puerto Vallarta se ha convertido desde hace varios años en la cantina más grande del pacífico.
Título nada honroso para un destino que es promocionado a nivel mundial, como uno de los de más arraigo religioso, el pueblo más típico y el más amigable.
Solamente que en el centro ya es algo habitual el mal olor y ver a la gente orinar y hacer otras necesidades fisiológicas, sin que la autoridad tome cartas en el asunto.
Por lo pronto junto a la iglesia de nuestra señora de Guadalupe y de las escuelas del centro hay letreros donde se pide a la gente se abstenga de hacer del baño en la vía pública.