Asquito
Por Hugo Lynn Almada
Existe la teoría de que, todo aquello que nos causa antipatía es debido al terror que nos provoca convertirnos en ello o porque somos igual que ello.
¿A quién no le ha pasado que conoce a una persona por la que siente repulsión? No es extraño que digamos que Fulanito nos cae mal “y no sé por qué”. La sorpresa es mayúscula cuando alguien nos abre los ojos para aclarar que nuestra aversión se debe a que el repudiado es igualito a nosotros.
Los adolescentes detestan a los adultos. Y los odian porque el subconsciente les indica que ese es su destino. No les falta razón. Fui un adolescente como la mayoría. Rebelde e inconforme, y si algo me exasperaba eran los consejos de mis papás. Hoy soy un adulto que le da consejos a sus hijos.
¿Quién no ha tenido un amigo que constantemente se queja de los mandilones? El problema radica en que en su casa la persona que lleva los pantalones es su mujer. En el trabajo es muy machito y en su casa lava los trastes, limpia la cocina, cambia los pañales y le hace masaje en los pies a la esposa.
Por eso ahora que el Góber dijo que a los homosexuales no les ha perdido el “asquito” debemos preguntarnos ¿qué es lo que le provoca repulsioncita?, ¿el acto carnal entre dos personas del mismo sexo, o la posibilidad de verse involucrado en una relación de ese tipo?
Me he pasado la vida conociendo homosexuales. Los tengo muy de cerca y sé que no son diferentes en nada a los heterosexuales.
Para la homosexualidad no tengo ninguna opinión. Pero tampoco la tengo para la heterosexualidad. Me parece que es una decisión personal que está encaminada a la felicidad. Hay quienes buscan a una persona del sexo opuesto para trascender, y hay los que buscan a otra persona de su mismo sexo para el mismo fin. Entonces no hay diferencia sustancial.
La homofobia es, en todo caso, una reacción de defensa para aquellos que tienen dudas acerca de su propia sexualidad.
MANCHÓN PENAL
Como postura política, lo del asquito de Emilio puede ser entendible. En Jalisco pululan los homofóbicos, casi en la misma cantidad que los homosexuales. Pero en Vallarta, esta ciudad “gay friendly”, el tema parece estar muy fuera de lugar.