Zona Chica

La Merienda
Por Hugo Lynn Almada

Hace un año, tuve la oportunidad de asistir al Zócalo del DF para presenciar el espectáculo “México en el Corazón”, que dio inicio formal a las celebraciones por el aniversario 200 del inicio de la guerra de Independencia y 100 de la Revolución.
En aquellas fechas la llegada al Zócalo capitalino fue angustiante. Decenas de miles de personas arribaban a la plancha de la Constitución sin organización y sin seguridad. Daba la impresión de que ante la menor eventualidad se desataría una tragedia.
Hace un año, la masa se movía como un solo cuerpo. No es que yo caminara, es que la muchedumbre me llevaba. No es que quisiera continuar ahí, sino que sencillamente era imposible tratar de escapar. Vi a muchos padres de familia llevar a sus hijos en hombros y no era por diversión sino por supervivencia.
La tarde del pasado 15 de septiembre volví al Zócalo como un año antes para atestiguar la celebración de los 200 años de México independiente. Esta vez la situación fue muy distinta. La excelente organización permitió que las aglomeraciones de un año antes no se presentaran más. La seguridad fue adecuada, imposible pensar que pudiera suscitarse algún accidente.
Lo curioso es que, hace un año, leí críticas por la falta de organización y la ausencia de elementos de seguridad y ayer, leí críticas por la excesiva seguridad en la ceremonia del Grito.
Fue un evento majestuoso, se calcula que se invirtieron en él unos 40 millones de dólares es decir, unos 520 millones de pesos… Decir que fue mucho dinero invertido es una realidad. Con ese dinero, una ciudad media, como Puerto Vallarta, podría pagar la mitad de su deuda o pavimentar varias colonias, pero, si la fiesta hubiera sido austera, entonces las críticas serían por la falta de recursos para celebrar una fecha tan importante.
Y es que somos un galimatías. Recuerdo a “Cri-Cri” en una canción que evocaba al niño que siempre estaba a disgusto con su merienda, un día no quería la leche porque estaba fría, al otro la rechazaba porque estaba caliente… El problema no es la temperatura de la leche, el problema es que somos incapaces de aceptar los aciertos y estamos listos para engrandecer los errores.
• MANCHÓN PENAL
Y a propósito de errores, ayer un “lapsus” en la redacción de Meridiano le dio a Chavita González el título de “Presidente de México”… como detalle estuvo chistoso pero, ¡Dios nos libre!

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