* Esta mañana, otra vez el lamentable espectáculo de alumnos a quienes no les les permitió el ingreso al plantel, por no haber pagado la cuota voluntaria obligatoria del segundo semestre
Por Mauricio Lira Camacho
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La enorme fila de alumnos afuera del plantel Cbtis 68, es porque no los dejaban entrar, debido a que no pagaron la «cuota voluntaria obligatoria», correspondiente al segundo semestre. Desde temprano, era impresionante la cantidad de alumnos, muchos de ellos, acompañados de sus padres de familia, esperando que los dejaran ingresar, aún sabiendo de que no habían cubierto la cuota de rigor.
Entre pláticas que se dieron por parte de madres y padres de familia, era que había mucho interés en respetar los acuerdos internos acerca de determinadas obligaciones. Sin embargo, las condiciones económicas familiares en muchos hogares no eran las idóneas, para hacer frente a este tipo de obligaciones.
Se ha informado que las cuotas no son obligatorias ni condicionantes para que un alumno deba incluso, ingresar a su plantel educativo.
No es la forma – aducen-, de coartar la libre facultad de aprender e ir a la escuela.
Las cuotas, son en todo caso, se expuso una vía alternativa para que la escuela reciba recursos económicos adicionales de los padres de familia.
Recursos económicos que servirán para mejorar sustancialmente algunas necesidades que padece el plantel.
En su origen, el termino es cuota voluntaria, esto es, que el padre de familia apoye con dinero una necesidad, sin ser una medida de obligatoriedad.
Estos términos se volvieron polémicos en todo el país, debido a algunos considerandos de la reforma educativa, impulsada por el presidente de la república, Enrique Peña Nieto.
En donde se establece que el mantenimiento de los planteles educativos en el país dejan de ser responsabilidad del gobierno federal, a través de sus secretarías de educación.
Para que ahora sean las asociaciones y los padres de familia, los enteramente responsables de llenar las necesidades educativas en cuánto a infraestructura.