Sólo en 7 estados hay legislación para frenar el bullying

*Sólo siete de los 32 estados del país cuentan con una legislación para atender la violencia escolar y el bullying, según el documento…

Sólo siete de los 32 estados del país cuentan con una legislación para atender la violencia escolar y el bullying, según el documento Diagnósticos Conjuntos: diálogos por la justicia cotidiana, difundido recién por académicos y representantes de diversas instituciones y organizaciones implicadas en el problema.

Se trata de la Ciudad de México, Veracruz, Nayarit, Tamaulipas, Nuevo León, Baja California y Puebla. Sin embargo, en la mayoría persiste la falta de lineamientos eficaces para frenar el número de casos.

Interés del menor. Tras un análisis de los expertos participantes en el diagnóstico, se concluyó que las leyes elaboradas hasta ahora “no tienen como eje central el interés superior del menor ni una perspectiva de respeto a sus derechos humanos sino que buscan criminalizarlos y estigmatizarlos con soluciones simplistas e irrespetuosas”.

En tres entidades se han establecido sanciones a estudiantes que cometan actos violentos: en Nuevo León el alumno es obligado a asistir a cursos y talleres o participar en actividades de apoyo escolar y servicio social.

Pero en Veracruz y Baja California se instituyeron suspensiones, tratamientos psicológicos, expulsiones y transferencias a otras escuelas. Ya en el extremo, el artículo 367 del Código Penal veracruzano contempla de seis meses a tres años de prisión y multa de hasta trescientos días de salario mínimo a quien dañe la autoestima de los estudiantes o su integridad física y psicológica.

“Las leyes sobre violencia escolar son dispares y se contradicen, urge homogeneizar la estrategia. Sí deben castigarse los actos graves, pero sin judicializar. Y a la par definir un protocolo nacional que privilegie el diálogo entre actores, refuerce valores, dé seguimiento personalizado a la conducta de estudiantes, ofrezca información vía talleres prácticos y campañas en medios de comunicación”, señala David Cuenca Soria, profesor de la Secundaria 275 en Iztapalapa.

Y alerta: “Los paliativos y maquillajes legislativos son inservibles. Ya se han registrado muertes en el país (como un niño golpeado por sus compañeros en Tamaulipas) y hemos visto las matanzas en escuelas de EU. No estamos lejos de que eso pase en México, porque se han detectado niños que llevan armas, pistolas, cuchillos y no pasa nada”…
DIFERENTES. Pero la violencia no sólo se registra entre alumnos. Y los testimonios sobran.

“¿Qué hay de la violencia institucional: de las escuelas a los chicos?”, pregunta Aurora Lechuga Rodríguez, pedagoga e investigadora de la UNAM.

Ella ha documentado casos como el de un estudiante de sexto grado en una primaria de la colonia Roma, quien fue relegado por compañeros, padres, maestros y directivos del colegio tras anunciar que no asistiría a la misa de graduación, porque no era parte de su fe.

“Desde todos los flancos el niño empieza a ser violentado, excluido por maestros y autoridades del colegio, ignorado por quienes eran sus amigos porque los papás prohiben la convivencia. ¿Cómo iban sus hijos a juntarse con alguien que no creía en Dios? Él pierde autoestima, ya no quiere ir a la escuela, sus papás lo sacan y deben llevarlo al psicólogo para que pierda el miedo de volver al colegio”.

El rechazo fue por partida doble, porque en pleno fervor futbolístico (tiempos de la última Copa del Mundo) la escuela autorizó la colocación de televisores para que los alumnos siguieran los partidos. El referido chico externó su disgusto por el futbol y se le etiquetó casi de manera general como extraterrestre, el apestado.

“¿Qué pasa en las escuelas con los niños que no tienen una religión o que es distinta a la convencional?”, cuestiona Lechuga; “además de que se viola la educación laica, el punto es que se está castigando a los alumnos o a cualquiera que piense diferente y la institución se vuelve represora, y no es en el único tema”.

–¿En cuáles más?

–Los niños no pueden tener el cabello largo, las niñas no pueden pintárselo. Se apuesta por la homogeneidad, todos con el mismo uniforme, como robots, son reglas que van contra la identidad de los menores, no se les permite ser. En otro trabajo etnográfico en una secundaria identifiqué que los estudiantes son reprimidos hasta en eventos artísticos o culturales, ¿cómo es posible que no puedan disfrutar ni las artes y se les permita aplaudir hasta que las autoridades lo consientan. Es una agresión.

Añade que “basta una mirada, unos pasos entre los alumnos a la hora de la salida, en especial en secundarias, para atestiguar empujones, insultos, hordas sin freno, jaloneos, golpes y burlas que alcanzan a los maestros, conocidos aquí por sus motes: Pambazo, Camello, Guacamaya, Simio, Ajolote, Cama de Agua…”

“Por la constante difamación al gremio en la prensa, la defensa malentendida de los derechos humanos y la prohibición institucional de suspender o expulsar a agresores, son tiempos propicios para la violencia contra maestros de parte de alumnos y padres de familia. Los chicos les gritan. Y si a los papás les dices que su hijo traía un solvente, se te van encima ¿cómo lo tacha de drogadicto?, lo voy a reportar o a denunciar”, cuenta el maestro David Cuenca, de la 275.

fomentar el cara a cara. A partir de la revisión de programas internacionales, especialistas participantes en Los diálogos conjuntos, propusieron desalentar la violencia escolar a través de la resolución de conflictos con actividades que involucren activamente a los alumnos: tanto afectados como observadores y agresores, así como reducir el ambiente competitivo y promover uno cooperativo.

En Finlandia, por ejemplo, donde en los últimos años se ha logrado reducir el bullying en más de un 80 por ciento, el trabajo se centra en alumnos que no sufren agresiones ni lo propician… “La actitud de proteger al violentado tiene mayor efectividad que si se invierte en capacitar maestros”, refiere el análisis.

Otro enfoque probado con éxito es el de “justicia restaurativa”, basado en el diálogo entre atacante y afectado, mientras el resto de los compañeros sirven de mediadores en un comité.

“Los involucrados reaccionan de manera positiva ante la retroalimentación ofrecida por sus pares, a diferencia de situaciones donde un profesor o autoridad escolar intervienen. Agotado el diálogo, los mediadores acuerdan el tipo de resolución: disculpa cara a cara o platica con los más pequeños sobre la lección de vida.

Son formulas que en México parecen lejanas, por la escasa cultura de la solidaridad…

Las acciones en la Secretaría de Educación Pública se han limitado a un diplomado de mediación escolar y a la instauración de un marco de convivencia “ligero y vacío”, sin resoluciones de fondo ni penalidades.

“No hay protocolos institucionales: la Secretaría está hecha bolas entre las reformas o la evaluación, y el tema se le ha escapado de las manos”, opina Irma Ibarra Martínez, directora del Colegio Bilingüe Windsor.

En el renglón de propuestas las voces coinciden: realizar un diagnóstico serio del problema en el país, con incidencia nacional, estatal y regional, casos concretos y características de los actos violentos; modificaciones curriculares que den mayor peso a materias como ética, humanidad, cultura del respeto, tolerancia e identidad; comunicación permanente entre actores y respaldo familiar.

“A veces los papás queremos que terceros nos resuelvan todo, reflexiona doña Lourdes Montoya, cuyo hijo estudia en la secundaria 105 de Ciudad Nezahualcóyotl, “pero hay que preguntarnos:

¿qué estamos haciendo mal en la familia, los dejamos solos mucho tiempo o encargados con la vecina o la abuelita?, ¿los amenazamos porque no estudian o no comen? El hijo aprende esas conductas y luego las aplica en la escuela con los más débiles, hay que reforzar entonces los lazos familiares”…

¿Qué se hace? depende de la legislación local

En Nuevo León el alumno es obligado a asistir a cursos y talleres o a participar en actividades de apoyo escolar y servicio social. En Veracruz y Baja California se instituyeron suspensiones, tratamientos psicológicos y expulsiones.

Consecuencias del bullying, según especialistas

Bajo rendimiento académico, llegando incluso a limitar el desarrollo pleno; en casos graves, deserción escolar e incluso suicidios; problemas de sueño y terror nocturno; pérdida de apetito, baja de peso, ansiedad e irritabilidad o lesiones que llegan, en ciertos casos, a ser mortales; severos conflictos emocionales.

Al conocerse el estudio de OCDE, la SEP dio a conocer las siguientes acciones:

-Fortalecer mecanismos de alerta temprana para identificación oportuna.
-Incorporar en páginas electrónicas institucionales vínculos para recepción y canalización de denuncias.
-Creación de redes de colaboración interinstitucionales.
-Desarrollar protocolos de actuación para directores, maestros, alumnos y de auxilio a padres.
-Organizar foros de consulta.
-Reforzar en estrategias de organización escolar la promoción de derechos humanos.
-Crear en estados una instancia oficial, dependiente de la autoridad educativa local, para atención de casos.
-Fortalecer función de maestros y directivos dotándolos de herramientas.
-Incorporar en programas de “escuelas para padres” elementos que permitan atención.
-Promover a escala nacional, estatal, municipal y escolar que consejos realicen actividades de prevención y atención.
-Impulsar participación de padres de familia y otros actores sociales en la vida cotidiana de planteles.
-Desarrollar campañas sistemáticas y permanentes de comunicación social para difundir acciones.
-Elaborar estudios a nivel nacional, estatal y regional respecto del problema; identificar escuelas con mayor incidencia y diseñar un mapa.