* En muy pocos metros se sitetiza lo que uno comienza a encontrar con frecuencia en avenida de ingreso, basura, indigencia y personas con discapacidad en abandono…
Por Mauricio Lira Camacho
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De todo en avenida de ingreso, solamente falta la presencia de autoridades de los 3 niveles de gobierno, para ayudar a gente que ha tomado como suyo espacios para pedir limosna.
Es lamentable que en un pequeño espacio, el paseante local, nacional e internacional, perciba varios problemas socales.
Sobre avenida de ingreso, Francisco Medina, de sur a norte, casi al llegar a una institución bancaria en la parada de camiones, es normal observar en ocasiones a un señor de más de 75 años de edad, sentado o acostado pidiendo limosna.
Es evidente que por su condicion y estado de salud, ya no puede moverse para caminar.
Junto a una jardinera, casi todo el día esta persona, que carece de alguna identificación se la pasa extendiendo la mano a todo aquel que pasa, con la esperanza de que le den algunas monedas.
Ninguna autoridad se ha hecho presente para ayudar, ahora con las bajas temperaturas que se dejaron sentir en los últimos días, el señor la pasó bastante mal.
Todas las mañanas se le veía recostado con muy poca ropa, se desconoce si la autoridad correspondiente le ha ayudado en algo.
Al parecer brillan por su ausencia trabajadores para el sistema integral de la familia, DIF tanto municipal como estatal, para brindar algún apoyo.
Cerca de donde se encuenta esta longeva persona, se ubica un cesto de basura totalmente lleno, que desprende malos olores, para nadie para desapercibida esta situación.
Justo se ubica en la parada de camiones, más atrás recostado en una barda del banco antes mencionado, se encuentra un hombre mayor a los 40 años de edad, abandonado que al parecer padece de sus facultades mentales.
Incapaz por su condición de hacer algo solamente se encuentra sentado en una pequeña construcción de cemento, sin poder controlar sus movimientos de cadera y manos.
El ajetrero de las demás personas, quienes por ahí transitan, hacen pasar inadvertidas tales situaciones, que provocan un daño al señor ya mayor que pide limosna y al enfermo con el que se encuentra.