La historia de la medicina ha sido construida por héroes y canallas

*La historia de la medicina occidental está rodeada por mitos, magia, buenas y malas prácticas, certezas y trágicas ignorancias…

La historia de la medicina occidental está rodeada por mitos, magia, buenas y malas prácticas, certezas y trágicas ignorancias. Pero es también una historia de médicos héroes y villanos, de muchos “canallas”, en la segunda categoría, que Eduardo Monteverde retrata en su libro Historias épicas de la medicina (Crítica).

Este ejercicio literario, que inicia en la cuna de la Antigua Grecia, nace con la historia de Asclepio, dios griego que tenía el don de la curación a través del pharmakón, la sangre de la medusa, que también podía dar la muerte.

El primer capítulo del libro, señala en entrevista, es sobre la historia de la medicina occidental, y la ordenación de los mitos a partir de Hesíodo. “Historias como las de Asclepio, son épicas porque son heroicas y están basadas en la tragedia”.

Pero la narrativa no busca sólo quedarse en la anécdota. Por ejemplo, el concepto de pharmakón puede emplearse actualmente, explica, puesto que todo medicamento cura o mata, es polisémico.

La medicina misma y sus protagonistas también oscilan entre la luz y la opacidad. “En el libro hay héroes y villanos, con sus muchas anécdotas, y si bien se considera la historia de la medicina dentro de las humanidades médicas y que todo médico es un apóstol, no es así. Hay médicos canallas, ser humanista no significa ser una persona decente”, y esta publicación da cuenta de ello.

Historia de la medicina… plasma también la historia de Fray Ramón Pané, quien hizo la primera descripción de la sífilis, en el siglo XV, y de la cual se creía que era una enfermedad maldita, producto de las guerras. El autor aprovecha su historia para reflexionar sobre una enfermedad y su repercusión, que diezmó poblaciones.

Monteverde escribe también acerca de los ladrones de cadáveres en los siglos XVII y XVIII, sobre los que se cernían mitos y argumentos de clandestinidad religiosa, no obstante la Iglesia permitía las autopsias desde el siglo XIV. “Era más bien un problema de oferta y demanda, sobre todo en Escocia, donde incluso mataban gente para vender los cadáveres a los médicos, como Robert Knox, un médico canalla”.

Con historias de oscuros personajes, incluso uno que figuró en la Revolución Mexicana, los héroes permanecen. Tal es la historia de Hans Krebs, quien “descubre el ciclo de respiración de los seres vivos huyendo de los nazis, humillado y despreciado por sus colegas médicos”. Por encima de la presión, clima y escenario de muerte que el ejército nazi generó, el médico se decantó por la vida, la otra cara del pharmakón.

MÉDICO ESCRITOR. Monteverde, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM, donde imparte la asignatura de Historia y filosofía de la medicina, ideó este libro desde hace un lustro con parte del contenido del curso que ofrecía a sus alumnos. Sistematizado y convertido en libro, el primero del que buscará escribir una colección, ahora se convirtió en un texto de divulgación de la medicina, género de su amplio interés.

En ese contexto, el escritor de formación médica desmitifica también esta práctica, que no es necesariamente un acto heroico. “Es un oficio, en el que se admiten razonamientos, de Grecia para acá más causales y científicos, y para saber los efectos cada vez hay que saber más de bioquímica, biología…, porque la clínica común y corriente no es una ciencia, sino una serie de técnicas de un oficio”.

La medicina, dice, puede ser la píldora por la que va una señora a la farmacia o la práctica clínica. El concepto que él tiene de la medicina se basa en los procesos celulares del hombre, que pueden ser normales o anormales, interpretados por la fisiopatología con el concepto de enfermedad, y se expresan clínicamente en la sociedad.

Pero el núcleo está en la biología: para todas las enfermedades existe un exceso o disminución de los procesos normales de las células. Sin embargo, Monteverde dista de verse como el médico que da este concepto, o el que escribe sobre medicina.

“Soy novelista y tengo otros libros de ensayo, y este libro es una narrativa con muchos datos históricos. En Historias épicas… empleo la literatura para narrar pasajes de la medicina”. En la reseña que Paco Ignacio Taibo II hace sobre éste dice que es un texto “asombroso” y “abrumador”. “Es un libro complejo que no admite una lectura fácil y sí demanda del lector”, enfatiza Monteverde, no obstante la retribución es proporcional.